Características de un entorno positivo en el aula

La escuela es un trozo de humanidad: Todo el mundo aporta al aula tanto su maravillosa bondad innata como su desafiante suciedad. Crear una cultura escolar segura y solidaria es una de las tareas más difíciles a las que se enfrentan los directores como intrépidos líderes escolares. Cuando lo consiguen, ayudan a todos -alumnos, profesores y ellos mismos- a sacar la bondad y reducir la suciedad.

Para los directores que no están seguros de por dónde empezar, el nuevo sitio web del Centro Científico del Bienestar, Greater Good in Action, ofrece muchas prácticas basadas en la investigación que pueden adaptarse fácilmente para su uso en las reuniones del personal y en los talleres de desarrollo profesional, y para desarrollar las propias capacidades sociales y emocionales de los directores cuando trabajan con los estudiantes y el personal.

Respiración consciente. Un estudio realizado en el Reino Unido descubrió que los directores que brindan apoyo contribuyen a la capacidad de los profesores para regular sus emociones, lo que conduce a una mayor satisfacción en el trabajo y a una sensación de realización personal. Así pues, los directores que comienzan sus reuniones de personal con un momento para inspirar y espirar están comunicando a los profesores que su bienestar es importante.

Clima negativo en el aula

¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el clima del aula? Supongo que empezó a trabajar en ello incluso antes de entrar en su primera clase, y ha seguido ajustando y perfeccionando sus esfuerzos desde entonces.

Supongo que empezó a trabajar en ello incluso antes de entrar en su primera aula, y que ha seguido ajustando y perfeccionando sus esfuerzos desde entonces. Mejorar y mantener un clima positivo en el aula es un proceso continuo. Si quiere perfeccionar sus estrategias para crear un entorno de aprendizaje seguro y propicio, considere añadir estas ideas a sus herramientas de enseñanza.

Pida a los alumnos que rellenen un inventario de intereses para saber más sobre lo que les motiva, lo que les hace sentirse felices, nerviosos y frustrados, y lo que más les gusta hacer. Pida a los alumnos que trabajen en parejas o en pequeños grupos para realizar actividades que fomenten el intercambio de información y la narración de historias. Establezca conexiones personales con los alumnos a partir de lo que aprenda y tenga en cuenta los intereses y los puntos fuertes de cada uno de ellos a la hora de planificar y organizar las actividades y las clases.

Ideas para mejorar la escuela

Siempre es una experiencia agradable entrar en una escuela y sentir la energía alegre y creativa. Suele haber obras de arte de los alumnos adornando las paredes y adultos dispuestos a darte la bienvenida. El ambiente es tranquilo, pero a la vez entusiasta para el aprendizaje, y te hace recordar recuerdos felices de la infancia o te ayuda a recordar por qué te convertiste en profesor en primer lugar. Por el contrario, algunas escuelas no evocan una sensación de felicidad, ya que se sienten más como instituciones rígidas que como lugares de aprendizaje, donde los adultos parecen abrumados y estresados.

A veces, se puede tener una idea del clima de una escuela poco después de entrar en el edificio, observando a los adultos y a los niños en el espacio, así como los alrededores. En un clima escolar saludable, se observa que el personal y los alumnos interactúan positivamente entre sí. A menudo, también hay pruebas del compromiso y la pertenencia de los estudiantes en el espacio, con obras de arte de los estudiantes expuestas o carteles para anunciar un evento escolar. Estas muestras visuales también demuestran que todo el mundo en la escuela se siente bienvenido; se tiene la sensación de que el personal de la escuela aprecia la variedad de experiencias y orígenes que tienen los estudiantes y que éstos se sienten seguros al compartirlas.

Tipos de clima de aula

La gestión del aula es la orquestación del entorno de aprendizaje de un grupo de individuos dentro de un aula. A principios de la década de 1970, la gestión del aula se consideraba independiente de la enseñanza. Las decisiones de gestión de los profesores se consideraban precursoras de la instrucción y se trataban en la literatura como si no tuvieran contenido. La imagen que se tenía era la de un profesor que primero se ocupaba de la gestión del aula y luego comenzaba la instrucción sin más referencia a las decisiones de gestión. Sin embargo, las investigaciones realizadas en la década de 1980 demostraron que la gestión y la instrucción no están separadas, sino que están inextricablemente entrelazadas y son complejas.

El sistema de gestión del aula de un profesor transmite información sobre sus convicciones acerca del contenido y el proceso de aprendizaje. También delimita el tipo de enseñanza que se impartirá en un aula concreta. Una clase en la que el profesor asume toda la responsabilidad de guiar las acciones de los alumnos constituye un entorno de aprendizaje diferente al de una clase en la que se anima y se enseña a los alumnos a asumir la responsabilidad de sus propios comportamientos. El contenido se abordará y comprenderá de forma diferente en cada uno de estos entornos. Además, el trabajo académico más exigente desde el punto de vista intelectual y las actividades en las que los estudiantes crean productos o se enfrentan a problemas novedosos requieren decisiones de gestión complejas. Esta correlación entre la actividad docente y la complejidad de la gestión refuerza aún más la naturaleza interrelacionada de la gestión del aula y el currículo.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.