Ejemplos de geoingeniería

Los hidrofluorocarbonos (HFC) son productos químicos fluorados que se utilizan habitualmente como sustitutos de las sustancias que agotan la capa de ozono en aplicaciones como el aire acondicionado, la refrigeración, la extinción de incendios, los disolventes, los agentes espumantes y los aerosoles. Los HFC son gases de efecto invernadero muy potentes con un potencial de calentamiento global que puede ser de cientos a miles de veces mayor que el del dióxido de carbono (CO2).

El Programa de Información sobre Gases de Efecto Invernadero recoge los datos de las grandes fuentes de emisión de una serie de sectores industriales, así como de los proveedores de productos que podrían emitir gases de efecto invernadero si se liberan o queman. De acuerdo con la Ley de Aire Limpio (40 CFR Parte 98), las instalaciones que cumplen los umbrales de notificación deben informar anualmente de las emisiones de gases de efecto invernadero al programa. Los datos de los gases de efecto invernadero están disponibles a través de una serie de portales, entre los que se encuentra la herramienta Facility Level Information on GreenHouse gases Tool (FLIGHT).

Geoingeniería sverige

La ingeniería climática, o comúnmente geoingeniería, es la intervención deliberada y a gran escala en el sistema climático de la Tierra[1] La principal categoría de ingeniería climática es la geoingeniería solar o gestión de la radiación solar. La geoingeniería solar, o modificación de la radiación solar, reflejaría parte de la luz solar (radiación solar) de vuelta al espacio para limitar o revertir el cambio climático causado por el hombre.

La eliminación del dióxido de carbono (CDR), la práctica de reducir deliberadamente la cantidad de CO2 en la atmósfera, suele clasificarse erróneamente con la geoingeniería solar como una forma de ingeniería climática y se supone que es intrínsecamente arriesgada[2]. De hecho, la CDR aborda la causa fundamental del cambio climático y forma parte de las estrategias para reducir las emisiones netas. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya no se refiere a la RDC como un subgrupo de la ingeniería climática, sino que utiliza los términos gestión de la radiación solar y eliminación del dióxido de carbono por separado[3].

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Los enfoques de ingeniería climática se consideran a veces como posibles opciones complementarias para limitar el cambio climático o sus impactos, junto con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación[1] Los científicos están de acuerdo en que la geoingeniería solar y la eliminación de dióxido de carbono no pueden sustituir a la reducción de emisiones. Dado que todos los tipos de medidas para abordar el cambio climático tienen limitaciones económicas, políticas o físicas,[4][5] algunos enfoques de ingeniería climática podrían llegar a utilizarse como parte de un conjunto de respuestas, que podrían tener como objetivo la restauración del clima[6].

Qué es un agente de forzamiento

En este informe se estudian las estrategias de intervención climática para modificar deliberadamente el balance energético de la Tierra con el fin de producir un enfriamiento destinado a compensar algunos de los efectos del calentamiento asociado al aumento de los gases de efecto invernadero. Los principios físicos para modificar el balance energético con el fin de enfriar el planeta se analizan más a fondo a continuación, pero también se nos presentan a todos en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, en las regiones templadas y polares, las temperaturas de invierno suelen ser más frías que las de verano, porque esas regiones reciben menos luz solar en invierno. Los principios energéticos que controlan la temperatura en un día caluroso o en una noche fresca se derivan e influyen en el tiempo a escala local cotidiana y también operan en el clima a escalas de tiempo estacionales y milenarias en todo el planeta. Por ejemplo, en 1784, Benjamín Franklin especuló con que “una niebla constante sobre Europa” derivada de las erupciones volcánicas cerca de Islandia disminuía el efecto de calentamiento de los rayos del sol, y que era responsable del invierno anormalmente frío de 1783-1784 en Europa (Franklin, 1789). Desde entonces, la conexión entre las temperaturas más frías y las erupciones volcánicas (que liberan partículas en la atmósfera que dispersan la luz solar hacia el espacio) ha quedado bien establecida.

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La geoingeniería del cambio climático

El “efecto invernadero” es el término utilizado para describir la retención de calor en la atmósfera inferior de la Tierra (troposfera) debido a las concentraciones de ciertos gases traza y vapor de agua en la atmósfera. Estos gases se conocen generalmente como gases de efecto invernadero (o más específicamente como gases radiativos). Las concentraciones de algunos de ellos han aumentado de forma constante durante el siglo XX y en el XXI, con el dióxido de carbono (CO2) pasando de menos de 300 partes por millón (ppm) a más de 400 ppm. Una gran parte del aumento de todos los gases de efecto invernadero se atribuye a fuentes humanas, es decir, es antropogénico, de ahí el término “calentamiento global antropogénico”.

El efecto invernadero propiamente dicho se produce cuando la radiación solar de onda corta (que no es impedida por los gases de efecto invernadero) calienta la superficie de la Tierra, y la energía se irradia de vuelta a través de la atmósfera terrestre en forma de calor, con una longitud de onda más larga. En las longitudes de onda de 5-30 µm, gran parte de esta radiación térmica es absorbida por el vapor de agua y el dióxido de carbono, que a su vez la irradian, calentando así la atmósfera y la superficie terrestre y oceánica. Esto es natural y lo que mantiene la Tierra habitable. Sin el efecto invernadero, las temperaturas nocturnas caerían en picado y la temperatura media de la superficie sería de unos 18 °C bajo cero, más o menos la misma que en la Luna, que carece de la envoltura de nuestra atmósfera.  La diferencia de unos 33 °C se debe en gran medida a los niveles naturales de vapor de agua (60%, o más, incluyendo las nubes) y de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.