Programa de lluvia ácida

Una red alimentaria es un diagrama que explica las relaciones de alimentación entre las diferentes plantas y animales de un ecosistema. Un animal que se encuentra en la cima de una red alimentaria se come las distintas plantas y animales que aparecen debajo de él. Por lo tanto, los animales de la parte superior son depredadores, y los animales y plantas que aparecen debajo son presas. Algunos animales tienen muchas fuentes de alimento diferentes, mientras que otros están más limitados en lo que comen.

La lluvia ácida puede causar graves problemas a muchos animales y plantas diferentes. Como resultado, toda la red alimentaria se ve afectada. Por ejemplo, la lluvia ácida puede provocar la muerte del fitoplancton en los lagos. Los insectos, que dependen del fitoplancton para alimentarse, ahora tienen menos comida y empiezan a morir como resultado. Estos insectos son una fuente de alimento para muchos otros animales, como peces, aves, ranas y salamandras. Al morir los insectos, hay menos comida para estos animales. Este proceso continúa a lo largo de toda la cadena alimentaria. Así pues, aunque la lluvia ácida no afecte directamente a una determinada especie de planta o animal, puede afectar a toda la red alimentaria al limitar la cantidad de alimento disponible.

¿Cómo puede afectar la lluvia ácida a los organismos que viven en el agua?

Dependiendo de dónde vivas, quizá hayas oído hablar de la lluvia ácida. Ahora bien, la lluvia ácida no es ácido puro que cae del cielo, sino que se trata de precipitaciones o humedad atmosférica que se ha mezclado con elementos y gases que han hecho que la humedad se vuelva más ácida de lo normal. El agua pura tiene un pH de 7 y, por lo general, las precipitaciones son algo ácidas (un poco menos de 6). Pero la lluvia ácida puede tener un pH de entre 5,0 y 5,5, e incluso puede estar en el rango de 4 en el noreste de Estados Unidos, donde hay muchas industrias y coches.

Los árboles muertos o moribundos son un espectáculo común en las zonas afectadas por la lluvia ácida, como estos bosques en las montañas de Jezera, en la República Checa. La lluvia ácida lixivia el aluminio del suelo.    Ese aluminio puede ser perjudicial para las plantas y los animales. La lluvia ácida también elimina los minerales y nutrientes del suelo que los árboles necesitan para crecer.

Las precipitaciones ácidas pueden ser causadas por actividades naturales (volcanes) y artificiales, como las de los coches y la generación de electricidad. Los precursores, o precursoras químicas, de la formación de la lluvia ácida proceden tanto de fuentes naturales, como los volcanes y la vegetación en descomposición, como de fuentes artificiales, principalmente las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) resultantes de la combustión de combustibles fósiles. La quema de combustibles fósiles (carbón y petróleo) por parte de las empresas productoras de energía y las industrias libera azufre en el aire que se combina con el oxígeno para formar dióxido de azufre (SO2). Los gases de escape de los automóviles provocan la formación de óxidos de nitrógeno en el aire. A partir de estos gases, pueden formarse ácido sulfúrico (H2SO4) y ácido nítrico (HNO3) en el aire y disolverse en el vapor de agua del mismo. Aunque los gases de la lluvia ácida pueden originarse en las zonas urbanas, a menudo los vientos los transportan a cientos de kilómetros en la atmósfera hasta las zonas rurales. Por eso los bosques y lagos del campo pueden verse perjudicados por la lluvia ácida que se origina en las ciudades.

Cómo afecta la lluvia ácida a los seres humanos

A medida que aumenta la acidez de un lago, el agua se vuelve más clara y disminuye el número de peces y otros animales acuáticos. Algunas especies de plantas y animales son más capaces de sobrevivir en aguas ácidas que otras. Los camarones de agua dulce, los caracoles y los mejillones son los que se ven más rápidamente afectados por la acidificación, seguidos de peces como los pececillos, los salmones y las cucarachas. Las huevas y los alevines (huevos y crías) de los peces son los más afectados, ya que la acidez del agua puede impedir que los huevos eclosionen correctamente, puede causar deformidades en los peces jóvenes, que además tienen dificultades para tomar oxígeno.

Los lagos, ríos y pantanos tienen su propio y frágil ecosistema, con muchas especies diferentes de plantas y animales que dependen unos de otros para sobrevivir. Si una especie de pez desaparece, los animales que se alimentan de ella también lo harán gradualmente. Si el pez extinguido se alimentaba de una especie concreta de insecto grande, la población de ese insecto empezará a crecer, lo que a su vez afectará a los insectos más pequeños o al plancton del que se alimenta el insecto más grande.

Cómo afecta la lluvia ácida a los edificios

La lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación atmosférica. Se produce cuando las emisiones de las fábricas, los coches o las calderas de calefacción entran en contacto con el agua de la atmósfera. Estas emisiones contienen óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y trióxido de azufre, que al mezclarse con el agua se convierten en ácido sulfuroso, ácido nítrico y ácido sulfúrico. Este proceso también se produce de forma natural a través de las erupciones volcánicas.

Los ácidos resultantes se precipitan a la tierra en forma de lluvia o nieve con consecuencias muy negativas: por un lado el daño a la naturaleza en forma de acidificación de suelos, lagos y mares con el consiguiente daño a la flora y fauna terrestre y marina. Por otro lado, la lluvia ácida también provoca la corrosión de elementos metálicos -edificios, puentes, torres y otras estructuras- y la destrucción del patrimonio humano de piedra caliza -edificios y estructuras históricas, estatuas, esculturas… –

La lluvia ácida en sí no es perjudicial para el ser humano, es decir, el contacto de la piel con el agua o la nieve contaminada no supone un riesgo para la salud. Sin embargo, los gases que provocan esta lluvia (óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y trióxido de azufre), son perjudiciales. Estos gases contienen partículas de sulfato y nitrato y son transportados por el viento e inhalados por las personas provocando enfermedades respiratorias.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.