Bolivia religión

La nutria gigante es un animal carismático que vive en los ríos, arroyos y lagos de aguas claras y negras de los bosques inundables de la cuenca amazónica, por debajo de los 500 metros. En Bolivia se distribuye en zonas remotas o en áreas protegidas en los departamentos de Pando, Beni, norte de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Es un mamífero grande que pesa entre 22 y 34 kg. La longitud total mide entre 141 y 200 cm y sólo su cola puede alcanzar una longitud de 40 a 70 cm. La nutria gigante tiene una mancha blanca característica en la garganta, que tiene una forma única para cada individuo y que equivale a una huella dactilar. Es un carnívoro social y forma grupos familiares de 2 a 11 individuos. El tiempo de gestación es de unos 72 días, generalmente durante la estación seca, y el tamaño de la camada varía de 2 a 4 crías.

Se alimenta casi exclusivamente de peces que caza con la ayuda del grupo, pero a veces también consume crustáceos. Las especies más consumidas son el pez lobo (Hoplias malabaricus), la piraña (Serrasalmus rhombeus), la curimata (Curimata spp.) y varias especies de sardinas (Triporteus spp.).

Beni bolivia islas forestales

Beni (pronunciación en español: [ˈbeni]), a veces El Beni, es un departamento del noreste de Bolivia, en la región de las tierras bajas del país. Es el segundo departamento más grande del país (después de Santa Cruz), con una extensión de 213.564 kilómetros cuadrados, y fue creado por decreto supremo el 18 de noviembre de 1842 durante el gobierno del general José Ballivián. Su capital es Trinidad.

La región del Beni es amplia y llana, con muchos montículos grandes conectados por calzadas de tierra rectas, que los investigadores creen que fueron construidos por los antiguos habitantes. Los montículos de tierra proporcionan zonas habitables elevadas y permiten el crecimiento de árboles que, de otro modo, no podrían sobrevivir en la zona de las tierras bajas, frecuentemente inundadas. En el siglo XXI, arqueólogos y antropólogos como los estadounidenses Clark Erickson y William Balée, respectivamente, creen que estas estructuras de tierra son la prueba de una gran y sofisticada civilización indígena que floreció durante miles de años antes de la colonización europea[2].

Mamíferos de Bolivia

La nutria gigante está clasificada como «en peligro de extinción» según la UICN y figura en el anexo 1 de la CITES. Los machos y las hembras miden entre 1,50 m y 1,70 m. Es un animal territorial y social (grupos de 2 a 15 individuos) conocido por aparecer en ríos grandes y de movimiento lento, arroyos, lagos y pantanos. Se alimentan principalmente de peces (ocasionalmente de reptiles como caimanes, serpientes y tortugas).

Durante la década de 1970, la población de nutrias gigantes disminuyó gravemente en la Reserva Nacional de Fauna Amazónica de Manuripi (noreste de Bolivia) debido a la caza para obtener pieles. Tras la inclusión de la especie en el Apéndice I de la CITES y las consiguientes restricciones al comercio internacional, la caza comercial cesó. Las poblaciones lograron recuperarse a un ritmo muy lento, pero los estudios revelaron altos conflictos entre las personas y la nutria gigante en los alrededores de la zona. También parece ser el caso dentro del MNAWR.

El objetivo principal de este proyecto es diseñar un plan de acción participativo para la nutria gigante en la reserva. Varias actividades son planeadas por ACEAA (Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de los Ecosistemas Andinos Amazónicos), la ONG que implementa el proyecto.

Biomas de Bolivia

En la foto aparecen Samuel Sangueza Pardo y Alex Ferrier, gobernador del Departamento del Beni, con los documentos de donación firmados. También aparece en la foto la Sra. Ingrid Zabala, Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Beni.

En los últimos años, el tráfico de fauna silvestre y, en particular, de partes de jaguar (Panthera onca) ha alcanzado un nivel alarmante en Bolivia. En una reciente redada en la ciudad de Santa Cruz, las partes de animales salvajes incautadas tenían un valor estimado de un millón de dólares. Uno de los principales motores de este aumento es la creciente demanda de dientes de jaguar en los mercados asiáticos de medicina y joyería, como sustituto de los dientes de tigre.

Aunque hay puestos de control en zonas clave donde se produce el tráfico de fauna silvestre, el número de descubrimientos de partes traficadas y la creciente demanda de partes por parte de los compradores, que se realiza a través de los medios de comunicación locales, ha aumentado notoriamente en el departamento de Beni. Esto ha generado preocupación a nivel nacional e internacional por lo que esto podría significar para la conservación de la especie; situación que se agrava por el hecho de que en Bolivia, el jaguar está catalogado como vulnerable a la extinción.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.