C

El artículo está dedicado a determinar el lugar que ocupan las fuentes de energía renovables (FER) en la nueva revolución industrial. La peculiaridad de la Cuarta Revolución Industrial, a diferencia de las anteriores, es la consideración particular del impacto antropogénico de las actividades humanas sobre el medio ambiente. Una de las formas de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera es el uso de tecnologías de energías renovables. En el artículo, el autor esboza los requisitos previos y las perspectivas de desarrollo de las energías renovables en Rusia y en el mundo, así como considera la experiencia mundial y nacional en el uso de las energías renovables. Sobre esta base, el autor concluyó que es conveniente desarrollar las fuentes de energía renovables en Rusia. Además, el autor demostró que el desarrollo de las tecnologías de energías renovables podría actuar como motor de la modernización innovadora de la economía y como fuente de formación de una economía baja en carbono (verde) caracterizada por una alta eficiencia energética, independencia energética y un impacto mínimo en el medio ambiente.

Los riesgos y beneficios de la cuarta revolución industrial

La Cuarta Revolución Industrial, 4IR, o Industria 4.0,[1] conceptualiza el rápido cambio de la tecnología, las industrias y los patrones y procesos sociales en el siglo XXI debido a la creciente interconectividad y la automatización inteligente. Acuñado popularmente por el fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, afirma que los cambios observados son algo más que simples mejoras de la eficiencia, sino que expresan un cambio significativo en el capitalismo industrial[2].

Una parte de esta fase de cambio industrial es la unión de tecnologías como la inteligencia artificial, la edición de genes y la robótica avanzada, que difuminan las líneas entre los mundos físico, digital y biológico[2][3].

En este sentido, se están produciendo cambios fundamentales en el funcionamiento de la red mundial de producción y suministro mediante la automatización continua de las prácticas industriales y de fabricación tradicionales, utilizando la tecnología inteligente moderna, la comunicación máquina a máquina (M2M) a gran escala y el Internet de las cosas (IoT). Esta integración se traduce en un aumento de la automatización, la mejora de la comunicación y el autocontrol, y el uso de máquinas inteligentes que pueden analizar y diagnosticar problemas sin necesidad de intervención humana[4].

Oportunidades de la cuarta revolución industrial

Aunque la Cuarta Revolución Industrial (a veces llamada 4IR o Industria 4.0) está llamada a cambiar la sociedad como nunca antes, se basa en los cimientos establecidos por las tres primeras revoluciones industriales. La llegada de la máquina de vapor en el siglo XVIII dio lugar a la primera revolución industrial, permitiendo la mecanización de la producción por primera vez e impulsando el cambio social a medida que la población se urbanizaba cada vez más.

En la segunda revolución industrial, la electricidad y otros avances científicos condujeron a la producción en masa. La tercera revolución industrial, que comenzó en la década de 1950, vio la aparición de los ordenadores y la tecnología digital. Esto condujo a la creciente automatización de la manufactura y a la interrupción de industrias como la banca, la energía y las comunicaciones.

Los cambios son tan profundos que, desde la perspectiva de la historia de la humanidad, nunca ha habido una época más prometedora o potencialmente peligrosa.Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, autor de La cuarta revolución industrial

La revolución industrial de los periódicos

Las energías limpias representan ya más de la mitad de todo el nuevo suministro de energía, ha dicho Fatih Birol, Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, en París. El grueso de las nuevas instalaciones -más de dos tercios- procede de los países emergentes, añadió. «Para cumplir los objetivos de cambio climático y crecimiento, alrededor del 40% del futuro suministro de energía debe proceder de tecnologías con cero emisiones».

Hiroaki Nakanishi, Presidente y Director General de Hitachi, Japón; Copresidente de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2016, dijo que el reto ha pasado de tener más energía renovable a tener mejores sistemas energéticos. Hay desafíos de distribución que vienen con la distancia entre los sitios de generación de energía eólica y solar y los centros de carga. «Se necesita un enfoque más sistemático para integrar las fuentes de energía renovable en una red inteligente global», subrayó.

«Más energía renovable significa más inversiones en las redes eléctricas para gestionar las cargas y las demandas», subrayó Ignacio Sánchez Galán, Presidente y Consejero Delegado de Iberdrola, España. En los próximos 25 años, la demanda de energía aumentará más del 80% en todo el mundo, añadió. Por ello, se necesitan enormes inversiones en todas las tecnologías energéticas, así como en las redes eléctricas y los sistemas de distribución. No hay una solución mágica.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.