Contras de las fuentes de energía renovables
La electricidad que utilizamos es una fuente de energía secundaria porque se produce convirtiendo en energía eléctrica fuentes primarias como el carbón, el gas natural, la energía nuclear, la energía solar y la energía eólica. La electricidad también se denomina portadora de energía, lo que significa que puede convertirse en otras formas de energía, como la energía mecánica o el calor. Las fuentes de energía primaria son energías renovables o no renovables, pero la electricidad que utilizamos no es ni renovable ni no renovable.
A pesar de su gran importancia en la vida cotidiana, probablemente pocas personas se paran a pensar cómo sería la vida sin la electricidad. Al igual que el aire y el agua, la gente tiende a dar por sentada la electricidad. Sin embargo, la gente utiliza la electricidad para realizar muchas tareas cada día, desde la iluminación, la calefacción y la refrigeración de los hogares hasta la alimentación de televisores y ordenadores.
Antes de que se generalizara la electricidad, hace unos 100 años, las velas, las lámparas de aceite de ballena y las lámparas de queroseno proporcionaban luz; las neveras mantenían los alimentos fríos y las estufas de leña o carbón proporcionaban calor.
Fuentes de energía renovables
Combustible secundarioLos combustibles secundarios son combustibles que se derivan de algún combustible o combustibles primarios mediante procesos químicos o físicos. Son combustibles que no se encuentran como recurso natural. La energía de estos combustibles secundarios procede inicialmente de fuentes de energía primarias.
La gasolina es el mejor ejemplo de combustible secundario, ya que debe fabricarse a partir del petróleo mediante procesos de destilación. Aunque muchas de las sustancias químicas que componen la gasolina se encuentran en el petróleo crudo, hay que separarlas para que los hidrocarburos adquieran la forma más útil.
El hidrógeno molecular también puede ser un combustible secundario, pero a menudo se fabrica en una pila de combustible. Este proceso permite separar el agua en hidrógeno y oxígeno, pero la energía para hacerlo debe proceder de una fuente de energía primaria (ya sea otro combustible como el carbón o un flujo de energía primaria como la hidroeléctrica).
Los combustibles secundarios suelen estar hechos para maximizar la capacidad de la combustión para obtener energía en un motor. Esto significa que los combustibles secundarios suelen ser una forma intermedia de energía entre la energía primaria y los servicios energéticos. Esta forma intermedia también se conoce como moneda energética, pero las monedas energéticas también incluyen la electricidad, que no es un combustible (véase la electricidad como moneda energética).
Energía primaria
Del total de la energía disponible en la UE, unos dos tercios son consumidos por los usuarios finales, por ejemplo los ciudadanos de la UE, la industria, el transporte, etc. La diferencia -alrededor de un tercio- se pierde principalmente durante la generación y distribución de electricidad, se utiliza para apoyar los procesos de producción de energía o en usos no energéticos (como el asfalto o el betún).
Para interpretar correctamente las estadísticas energéticas, es necesario distinguir entre productos energéticos primarios y secundarios. Un producto energético primario se extrae o capta directamente de los recursos naturales, como el petróleo crudo, la leña, el gas natural o el carbón. Los productos energéticos secundarios (como la electricidad o la gasolina para motores) se producen como resultado de un proceso de transformación, ya sea a partir de un producto energético primario o de otro secundario.
En la UE, en 2017, los productos petrolíferos (como el gasóleo de calefacción, la gasolina o el gasóleo), que representan el 41 % del consumo final de energía, fueron los más consumidos, seguidos por el gas natural (22 %), la electricidad (21 %) y el uso directo de las energías renovables (no transformadas en electricidad, por ejemplo, la madera, la energía solar térmica, la geotermia o el biogás para la calefacción de espacios o la producción de agua caliente) (9 %), el calor derivado (como la calefacción urbana) (4 %) y los combustibles fósiles sólidos (principalmente el carbón) (3 %). El consumo real de energía renovable es superior al 9 %, ya que se incluyen otras fuentes renovables en la electricidad (por ejemplo, hidroeléctrica, eólica o solar fotovoltaica).
Energía secundaria
El desarrollo energético es el campo de las actividades centradas en la obtención de fuentes de energía a partir de recursos naturales. Estas actividades incluyen la producción de fuentes de energía convencionales, alternativas y renovables, y la recuperación y reutilización de la energía que de otro modo se desperdiciaría. Las medidas de conservación y eficiencia energética reducen la demanda de desarrollo energético, y pueden tener beneficios para la sociedad con mejoras en materia medioambiental.
Las sociedades utilizan la energía para el transporte, la fabricación, la iluminación, la calefacción y el aire acondicionado, y la comunicación, con fines industriales, comerciales y domésticos. Los recursos energéticos pueden clasificarse como recursos primarios, en los que el recurso puede utilizarse prácticamente en su forma original, o como recursos secundarios, en los que la fuente de energía debe convertirse en una forma más cómoda de utilizar. Los recursos no renovables se agotan considerablemente por el uso humano, mientras que los recursos renovables se producen mediante procesos continuos que pueden sostener una explotación humana indefinida.