Recursos no renovables
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La mayoría de las fuentes de energía no renovables son los combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. El carbono es el elemento principal de los combustibles fósiles. Por esta razón, el período de tiempo en el que se formaron los combustibles fósiles (hace unos 360-300 millones de años) se denomina Período Carbonífero.
En estos antiguos humedales crecían plantas, algas y plancton. Absorbían la luz solar y creaban energía mediante la fotosíntesis. Cuando morían, los organismos iban a parar al fondo del mar o del lago. La energía se almacenaba en las plantas y los animales cuando morían.
Con el tiempo, las plantas muertas fueron aplastadas bajo el lecho marino. Las rocas y otros sedimentos se amontonaron sobre ellas, creando un calor y una presión elevados en el subsuelo. En este entorno, los restos vegetales y animales acabaron convirtiéndose en combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo). Hoy en día, existen enormes bolsas subterráneas (llamadas yacimientos) de estas fuentes de energía no renovables en todo el mundo.
Sin embargo, la quema de combustibles fósiles es perjudicial para el medio ambiente. Cuando el carbón y el petróleo se queman, liberan partículas que pueden contaminar el aire, el agua y la tierra. Algunas de estas partículas se capturan y se apartan, pero muchas de ellas se liberan en el aire.
Efectos de las energías no renovables en la economía
A la hora de examinar cómo afectan las fuentes de energía renovables al medio ambiente, es importante analizarlo desde diferentes perspectivas. ¿Qué tipo de recurso renovable estás examinando, y cuáles son los beneficios y los impactos negativos de ese tipo de fuente de energía? Además, ¿los beneficios superan los impactos negativos en comparación con los impactos negativos de las fuentes no renovables, como los combustibles fósiles?
Veamos los pros y los contras de algunas fuentes de energía renovable y preguntémonos si el impacto medioambiental causado por la tecnología renovable en cuestión merece la pena para combatir los efectos adversos de la quema de combustibles fósiles1:
Cualquier fuente de energía va a tener inevitablemente algunas consecuencias sobre el medio ambiente o las personas. Sin embargo, a través de este tipo de fuentes renovables, se puede argumentar que si se comparan con los combustibles fósiles al hacer un análisis de coste-beneficio, los beneficios de las fuentes de energía renovables superan su impacto medioambiental.
De todas las fuentes de energía renovable que existen, la más contaminante es la creada por la biomasa. La quema de madera, de residuos sólidos y de restos vegetales utilizados en la producción de alimentos puede generar una importante contaminación atmosférica. De estos procesos de biomasa, la quema de residuos sólidos en las centrales eléctricas de conversión de basura en energía gestionadas por los municipios podría considerarse el mayor productor de contaminación atmosférica. En cuanto a la energía eólica y solar, la contaminación es mínima. Sin embargo, la construcción de instalaciones eólicas y solares y la eliminación de los equipos retirados pueden tener efectos nocivos para el medio ambiente, como el impacto ambiental de la maquinaria utilizada.
Fuentes de energía no renovables
El gas natural tiene muchas cualidades que lo convierten en una fuente de energía eficiente, de combustión relativamente limpia y económica. Sin embargo, la producción y el uso del gas natural tienen algunas cuestiones medioambientales y de seguridad que hay que tener en cuenta.
La quema de gas natural para obtener energía produce menos emisiones de casi todos los tipos de contaminantes atmosféricos y de dióxido de carbono (CO2) que la quema de carbón o productos petrolíferos para producir una cantidad igual de energía. Se producen unas 117 libras de CO2 por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) equivalentes de gas natural, en comparación con más de 200 libras de CO2 por MMBtu de carbón y más de 160 libras por MMBtu de fuel oil destilado. Las propiedades de combustión limpia del gas natural han contribuido a aumentar su uso para la generación de electricidad y como combustible para el transporte de vehículos de flota en Estados Unidos.
Una parte del gas natural se filtra a la atmósfera desde los pozos de petróleo y gas natural, los tanques de almacenamiento, las tuberías y las plantas de procesamiento. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos estima que en 2019, las emisiones de metano de los sistemas de gas natural y petróleo y de los pozos de petróleo y gas natural abandonados fueron la fuente de alrededor del 29% del total de las emisiones de metano de Estados Unidos y de alrededor del 3% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos.1 La industria del petróleo y el gas natural toma medidas para evitar las fugas de gas natural.
¿Los recursos renovables contaminan?
El carbón, un combustible fósil. El carbón se forma en un proceso geológico de millones de años, transformando la biomasa en un mineral de carbono sólido similar a la roca. Al ser un sólido, es fácil de extraer y transportar. El carbón es una importante fuente de energía e históricamente ha sido un ingrediente importante en la fabricación de acero y otros procesos industriales.
Un combustible fósil es un material que contiene hidrocarburos y que se forma en el subsuelo a partir de los restos de plantas y animales muertos, que los seres humanos extraen y queman para liberar energía para su uso. Los principales combustibles fósiles son el carbón, el petróleo y el gas natural,[1] que el ser humano extrae mediante la minería y la perforación. Los combustibles fósiles pueden quemarse para proporcionar calor para su uso directo (por ejemplo, para cocinar), para alimentar motores (como los motores de combustión interna de los vehículos de motor) o para generar electricidad[2].
El origen principal de los combustibles fósiles es la descomposición anaeróbica de organismos muertos enterrados, que contienen moléculas orgánicas creadas en la antigua fotosíntesis[3] La transición de estos materiales de origen a los combustibles fósiles con alto contenido en carbono suele requerir un proceso geológico de millones de años, a veces más de 650 millones de años[4].