Ensayo sobre la biodiversidad marina
Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[1][2] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[3] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[4]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.
Ejemplos de ecosistemas marinos
En esencia, el ecosistema marino se compone de tres procesos interrelacionados (Gray y Elliott, 2009). En primer lugar, el sistema físico-químico crea un conjunto de nichos fundamentales (en la mayoría de los casos, la columna de agua y el sustrato) que luego son colonizados por los organismos en función de sus tolerancias ambientales, lo que puede denominarse relaciones ambiente-biología. En segundo lugar, los organismos interactúan entre sí, por ejemplo, en las interacciones depredador-presa, competencia, reclutamiento, alimentación y mutualismo. En tercer lugar, la ecología resultante tiene la capacidad de completar el ciclo con bucles de retroalimentación y modificar el sistema físico-químico mediante la bioturbación, la eliminación o el cambio de espacio o material, la bioingeniería, por ejemplo; estas pueden denominarse relaciones biología-medio ambiente. A estos tres sistemas se superponen las influencias antropogénicas que perturban los sistemas.
Las actividades humanas producen una serie de presiones sobre los sistemas marinos, algunas de las cuales pueden provocar cambios irreversibles (por ejemplo, deyoung et al., 2008; Elliott et al., 2015). Esto puede tener consecuencias inmediatas para los patrones de biodiversidad y, en consecuencia, para los servicios ecosistémicos críticos que proporcionan (Costanza et al., 1997, 2014; De Groot et al., 2002, 2010). Estos servicios ecosistémicos pueden agruparse en servicios de aprovisionamiento, de regulación, de apoyo y culturales que, tras añadir los activos humanos complementarios, dan lugar a su vez a beneficios sociales (Turner y Schaafsma, 2015).
Beneficios del ecosistema marino para el ser humano
> Durante mucho tiempo no estuvo clara la importancia de la diversidad biológica en los océanos del mundo. Ahora se sabe que desempeña un papel vital en el mantenimiento de la funcionalidad y la productividad de los ecosistemas. También hace que los hábitats sean más resistentes a los cambios ambientales. Pero las comunidades de especies bien equilibradas son cada vez más inestables.
La diversidad biológica de los océanos ha disminuido drásticamente desde que comenzó la industrialización en el siglo XIX. Las principales causas de estas pérdidas son la destrucción de hábitats por la pesca de arrastre, la contaminación y la eutrofización de los mares, así como el progreso constante del cambio climático. La diversidad biológica probablemente está disminuyendo más rápidamente que nunca antes en la historia de la Tierra. Pero al mismo tiempo, hasta ahora sólo se ha identificado una pequeña fracción de las especies de los océanos profundos y polares, lo que hace que la pérdida de especies en los océanos sea mucho más difícil de registrar y evaluar que en tierra firme.
Todos los ecosistemas desempeñan ciertas funciones de importancia crítica para los organismos. Una de las funciones más importantes de los ecosistemas marinos es la producción de biomasa vegetal a partir de la luz solar y los nutrientes (productividad primaria), que representa la fuente básica de alimento para toda la vida en el océano y, en última instancia, también para los seres humanos. Alrededor de la mitad de la productividad primaria mundial la consiguen plantas microscópicas, el fitoplancton, que crecen y se dividen en el océano. Otra función que desempeñan los ecosistemas es la creación de hábitats, o estructuras, en los ecosistemas costeros. Por ejemplo, las macroalgas, las praderas marinas y los corales forman grandes bosques submarinos, praderas o arrecifes que proporcionan hábitats a muchas otras especies, como moluscos, crustáceos y peces. Los bosques de algas y las praderas marinas del Mar Báltico son hábitats vitales para los alevines y los peces jóvenes que crecen aquí antes de nadar hacia el océano abierto como adultos. Los gasterópodos y los pequeños crustáceos también se alimentan de las microalgas que crecen en las algas o las praderas marinas. De este modo, se aseguran de que las plantas que forman la estructura no sean asfixiadas y puedan crecer: esa es su contribución al ecosistema. Los moluscos y crustáceos que se alimentan de las microalgas son la fuente básica de alimento para los crustáceos depredadores más grandes y los peces.
Ejemplos de biodiversidad marina
Los mares de Europa son preciosos. Nuestra calidad de vida, nuestros medios de subsistencia y nuestras economías dependen de que estén en buenas condiciones. Nuestros mares albergan muchas especies, hábitats y ecosistemas. También proporcionan a nuestras sociedades servicios ecosistémicos vitales, como alimentos, energía, aire limpio y mitigación del cambio climático. Sin embargo, debido al uso insostenible y continuado de los mares europeos, hemos alterado su entorno fisicoquímico y sus hábitats y ecosistemas. La capacidad de recuperación de nuestros mares se está erosionando, mientras que sus ecosistemas, hábitats y biodiversidad, así como los servicios que prestan, se encuentran bajo una importante amenaza. Este informe resume el estado actual de la biodiversidad en los mares europeos.
Los mares europeos cubren más de 11 millones de km2 y abarcan desde mares poco profundos y semicerrados hasta vastas extensiones de las profundidades oceánicas. Albergan una amplia y muy diversa gama de ecosistemas costeros y marinos con una gran variedad de hábitats y especies (Cuadro 1; AEMA, 2015).
La diversidad biológica es la variabilidad entre los organismos vivos de todas las fuentes, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; esto incluye la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas».