Qué es un bosque maduro

Un bosque maduro -también denominado bosque primario, bosque virgen, bosque seral tardío, bosque primitivo o bosque de primer crecimiento- es un bosque que ha alcanzado una gran edad sin perturbaciones significativas y que, por lo tanto, presenta características ecológicas únicas y podría clasificarse como una comunidad clímax[1] La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación define los bosques primarios como bosques regenerados naturalmente de especies arbóreas autóctonas en los que no hay indicios claramente visibles de actividad humana y los procesos ecológicos no están significativamente perturbados. Más de un tercio (34%) de los bosques del mundo son bosques primarios[2] Las características de los bosques antiguos incluyen diversas estructuras arbóreas que proporcionan un hábitat diverso para la vida silvestre que aumenta la biodiversidad del ecosistema boscoso. Los bosques vírgenes son bosques antiguos que nunca han sido talados. El concepto de estructura arbórea diversa incluye copas de varios niveles y huecos en las copas, alturas y diámetros de los árboles muy variados, y diversas especies de árboles y clases y tamaños de restos leñosos.

Definición de bosque joven

IntroducciónLa diversidad funcional, comúnmente referida como el valor, rango y distribución de los rasgos funcionales de los organismos en una comunidad [1], [2], tiene la hipótesis de reflejar muchos procesos en la ecología de comunidades y ecosistemas. Los investigadores han examinado cómo los diferentes procesos de ensamblaje de la comunidad (por ejemplo, la similitud limitante, el filtrado del hábitat, la neutralidad) influyen en la diversidad funcional [1], [3]-[6], así como cómo los diferentes niveles de diversidad funcional influyen en los procesos y propiedades del ecosistema [7]-[9]. Dado que la diversidad funcional desempeña un papel tan central en muchas áreas de la investigación ecológica, la comprensión y cuantificación de este concepto se considera vital para un amplio espectro de temas de investigación en ecología.

Desgraciadamente, las pruebas de campo basadas en datos empíricos que examinan qué atributos de la diversidad funcional predicen mejor la dinámica de los ecosistemas son relativamente escasas en la literatura. Los pocos estudios de campo realizados hasta la fecha han encontrado que algunos atributos funcionales predicen algunas funciones en ciertos casos pero no en otros [26], [28], [29]. Mouillot et al. (2011) encontraron en un análisis de un estudio de biodiversidad-ecosistema-función en pastizales alemanes que la identidad funcional, medida como los tres primeros ejes de un ACP basado en rasgos, y la diversidad funcional, medida como tres métricas (FDiv, FEve y FRic), explicaban la mayor parte de la variación en seis procesos del ecosistema [52]. En particular, la divergencia funcional medida como FDiv fue prominente en su capacidad explicativa para las funciones individuales y la multifuncionalidad del ecosistema. Sin embargo, siguen siendo raros los análisis similares que incorporan múltiples aspectos de la diversidad funcional en comunidades reales (no simuladas).

Características del ecosistema maduro

– Los bosques jóvenes son ecosistemas sencillos con árboles de edad uniforme de una sola especie y un sotobosque limitado. Suelen ser de coníferas y se encuentran en la mayoría de los terrenos y a distintas alturas. La mayoría de los bosques jóvenes se están regenerando a partir de prácticas de tala rasa; algunos son árboles plantados que se gestionan para una futura cosecha. A medida que los bosques jóvenes se desarrollan, la biodiversidad puede empezar a recuperarse si se ha conservado la variedad de especies, ya sea en forma de semillas en el suelo o en los bosques maduros cercanos.

– Los bosques maduros contienen principalmente coníferas, generalmente de más de 60 años de edad. En las Islas del Descubrimiento, los bosques maduros situados en lugares productivos desarrollan características de bosque viejo hacia los 140 años. Algunos bosques que parecen maduros pueden ser en realidad bosques viejos que crecen en lugares pobres, donde los árboles nunca llegan a ser muy grandes. La mayoría de los bosques maduros son bosques de segunda generación resultantes de la tala, pero algunos son consecuencia de otras perturbaciones, como el fuego, el viento o las enfermedades. Los bosques aumentarán su diversidad biológica y su complejidad estructural si las especies originales se mantienen en los bosques antiguos cercanos -refugios-. A medida que estas especies pueden dispersarse, los bosques maduros desarrollan relaciones interconectadas cada vez más complejas.

Caracteristicas ecosistemas maduros e inmaduros en línea

Las diferentes hipótesis propuestas para explicar las relaciones positivas entre la riqueza de especies y la productividad, es decir, el efecto de selección y el efecto de complementariedad, implican que las características funcionales de las plantas son el núcleo de una comprensión mecanicista de los efectos de la biodiversidad.

Nuestros resultados sugieren que la identificación de los rasgos relevantes y los impactos relativos de la identidad funcional de las especies dominantes y la diversidad funcional son esenciales para una comprensión mecanicista del papel de la diversidad vegetal para los procesos del ecosistema, como la producción de biomasa sobre el suelo.

IntroducciónEl rápido declive de la biodiversidad ha motivado una considerable investigación dirigida a entender cómo los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas [1], [2]. Las investigaciones experimentales sobre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas han demostrado la importancia de la biodiversidad para una serie de procesos de los ecosistemas, como la productividad de las plantas, pero sigue siendo un reto central identificar los mecanismos subyacentes [2]. Se discuten dos mecanismos, no excluyentes entre sí, como principales impulsores de una mayor productividad vegetal en función del aumento de la diversidad vegetal: La «hipótesis del efecto de muestreo» afirma que en los experimentos en los que se crean ensamblajes de especies al azar, las comunidades ricas en especies tienen más probabilidades de incluir una especie con efectos desproporcionadamente grandes sobre las propiedades a nivel de la comunidad [3], [4]. La «hipótesis del efecto de complementariedad» propone que la división de nichos o la facilitación entre especies permiten un uso más completo de los recursos y, por tanto, mayores tasas de proceso a nivel de comunidad [5], [6].

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.