Ejemplos de pequeños ecosistemas

La ecología es el estudio de las relaciones entre los organismos vivos, incluidos los seres humanos, y su entorno físico; trata de comprender las conexiones vitales entre las plantas y los animales y el mundo que les rodea. La ecología también proporciona información sobre los beneficios de los ecosistemas y sobre cómo podemos utilizar los recursos de la Tierra de forma que el medio ambiente quede sano para las generaciones futuras.

Los ecólogos estudian estas relaciones entre organismos y hábitats de muy diverso tamaño, desde el estudio de las bacterias microscópicas que crecen en una pecera hasta las complejas interacciones entre los miles de comunidades vegetales, animales y de otro tipo que se encuentran en un desierto.

Las numerosas especialidades de la ecología, como la marina, la de la vegetación y la estadística, nos proporcionan información para comprender mejor el mundo que nos rodea. Esta información también puede ayudarnos a mejorar nuestro entorno, gestionar nuestros recursos naturales y proteger la salud humana. Los siguientes ejemplos ilustran sólo algunas de las formas en que el conocimiento ecológico ha influido positivamente en nuestras vidas.

Ecosistema natural

Turbera de las tierras altas de Gales, que constituye la fuente oficial del río Severn. Las turberas sanas secuestran el carbono, retienen el agua, reduciendo así el riesgo de inundaciones, y suministran agua limpia mejor que los hábitats degradados.

Los servicios de los ecosistemas son los numerosos y variados beneficios que el medio ambiente natural y los ecosistemas sanos proporcionan a los seres humanos. Estos ecosistemas incluyen, por ejemplo, los agroecosistemas, los ecosistemas forestales, los ecosistemas de praderas y los ecosistemas acuáticos. Estos ecosistemas, que funcionan en una relación saludable, ofrecen cosas como la polinización natural de los cultivos, el aire limpio, la mitigación de los fenómenos meteorológicos extremos y el bienestar mental y físico de los seres humanos. En conjunto, estos beneficios se están conociendo como «servicios de los ecosistemas», y suelen ser parte integrante del suministro de agua potable, la descomposición de los residuos y la resistencia y productividad de los ecosistemas alimentarios.

Aunque los científicos y los ecologistas llevan décadas hablando implícitamente de los servicios de los ecosistemas, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) de principios de la década de 2000 popularizó este concepto[1]. En ella, los servicios de los ecosistemas se agrupan en cuatro grandes categorías: de aprovisionamiento, como la producción de alimentos y agua; de regulación, como el control del clima y las enfermedades; de apoyo, como los ciclos de nutrientes y la producción de oxígeno; y culturales, como los beneficios espirituales y recreativos. Para ayudar a los responsables de la toma de decisiones, se están valorando muchos servicios de los ecosistemas con el fin de establecer comparaciones equivalentes a las infraestructuras y servicios creados por el hombre.

El ecosistema en nuestro entorno

Un ecosistema (o sistema ecológico) está formado por todos los organismos y el entorno físico con el que interactúan[2]: 458 Estos componentes bióticos y abióticos están vinculados entre sí a través de los ciclos de nutrientes y los flujos de energía. La energía entra en el sistema a través de la fotosíntesis y se incorpora al tejido vegetal. Al alimentarse de las plantas y entre sí, los animales desempeñan un papel importante en el movimiento de la materia y la energía a través del sistema. También influyen en la cantidad de biomasa vegetal y microbiana presente. Al descomponer la materia orgánica muerta, los descomponedores devuelven el carbono a la atmósfera y facilitan el ciclo de los nutrientes al convertir los nutrientes almacenados en la biomasa muerta en una forma que puede ser utilizada fácilmente por las plantas y los microbios.

Los ecosistemas están controlados por factores externos e internos. Los factores externos, como el clima, el material parental que forma el suelo y la topografía, controlan la estructura general de un ecosistema, pero no están influidos por él. Los factores internos están controlados, por ejemplo, por la descomposición, la competencia de las raíces, el sombreado, las perturbaciones, la sucesión y los tipos de especies presentes. Mientras que las entradas de recursos suelen estar controladas por procesos externos, la disponibilidad de estos recursos dentro del ecosistema está controlada por factores internos. Por lo tanto, los factores internos no sólo controlan los procesos del ecosistema, sino que también son controlados por ellos.

Ejemplos de ecosistemas

Las abejas polinizan casi el 90% de las especies vegetales y contribuyen a más del 35% del suministro mundial de alimentos, pero están amenazadas por los ácaros varroa. Los fitofarmacéuticos están desarrollando productos de vanguardia para ayudar a los agricultores a controlar los ácaros y proteger las valiosas poblaciones de abejas.

Para dar un impulso adicional a los polinizadores en su jardín, plante una variedad de flores silvestres y plantas autóctonas que proporcionen néctar y florezcan durante toda la temporada. También puedes construir cajas de abejas para que las abejas nativas hagan su hogar[1].

Los científicos especializados en plantas también trabajan para combatir el cambio climático cada día. Un ejemplo es el desarrollo innovador de la labranza de conservación, que utiliza menos combustible y, por tanto, reduce la emisión de gases de efecto invernadero.

Las masas de agua dulce son esenciales para la biodiversidad. Reducir la cantidad de agua que se utiliza, dándose una ducha de 5 minutos o no dejando correr el agua al fregar los platos, puede ayudar a proteger humedales vitales.

El reciclaje disminuye la contaminación al reducir el consumo de energía, electricidad y agua, y la necesidad de vertederos. No sólo puedes reciclar botellas y latas, sino que tu centro de reciclaje local suele permitirte reciclar ropa, aparatos eléctricos y pilas.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.