Cuántos ecosistemas han sido destruidos
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Skip to main contentAhorra un 20%SuscríbeteAhorra un 20%SuscríbeteEsta fotografía aérea, tomada el 30 de septiembre de 2019, en el Parque Nacional Kahuzi-Biega, al noreste de la República Democrática del Congo, muestra una zona devastada por la tala de árboles. Crédito: Alexis Huguet Getty ImagesPublicidad
Mayibout 2 no es un lugar saludable. Los cerca de 150 habitantes del pueblo, situado en la orilla sur del río Ivindo, en lo más profundo de la gran selva de Minkebe, en el norte de Gabón, están acostumbrados a sufrir ocasionalmente enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla y la enfermedad del sueño. La mayoría de las veces se encogen de hombros.
Pero en enero de 1996, el Ébola, un virus mortal apenas conocido por los humanos, salió inesperadamente de la selva en una ola de pequeñas epidemias. La enfermedad mató a 21 de los 37 aldeanos que, según los informes, estaban infectados, incluidos algunos que habían llevado, desollado, troceado o comido un chimpancé del bosque cercano.
Viajé a Mayibout 2 en 2004 para investigar por qué surgían enfermedades mortales nuevas para el ser humano en los “puntos calientes” de la biodiversidad, como las selvas tropicales y los mercados de carne de animales silvestres de las ciudades africanas y asiáticas.
Cómo podemos evitar la destrucción del ecosistema
La destrucción de hábitats (también denominada pérdida de hábitats y reducción de hábitats) es el proceso por el cual un hábitat natural se vuelve incapaz de mantener a sus especies nativas. Los organismos que antes habitaban el lugar se ven desplazados o muertos, lo que reduce la biodiversidad y la abundancia de especies[1][2] La destrucción del hábitat es la principal causa de pérdida de biodiversidad[3].
Actividades como la recolección de recursos naturales, la producción industrial y la urbanización son contribuciones humanas a la destrucción del hábitat. La presión de la agricultura es la principal causa humana. Otras son la minería, la tala, la pesca de arrastre y la expansión urbana. La destrucción del hábitat se considera actualmente la principal causa de extinción de especies en todo el mundo[4] Los factores ambientales pueden contribuir a la destrucción del hábitat de forma más indirecta. Los procesos geológicos, el cambio climático,[2] la introducción de especies invasoras, el agotamiento de los nutrientes del ecosistema y la contaminación del agua y el ruido son algunos ejemplos. La pérdida de hábitat puede ir precedida de una fragmentación inicial del mismo.
Efectos del ecosistema
La pérdida de hábitat -debido a su destrucción, fragmentación o degradación- es la principal amenaza para la supervivencia de la fauna salvaje en Estados Unidos. Cuando un ecosistema ha sido modificado drásticamente por las actividades humanas -como la agricultura, la prospección de petróleo y gas, el desarrollo comercial o el desvío de aguas- puede que ya no sea capaz de proporcionar el alimento, el agua, la cobertura y los lugares para criar a las crías que la fauna silvestre necesita para sobrevivir. Cada día quedan menos lugares a los que la fauna silvestre pueda llamar hogar.
Destrucción del hábitat: Una excavadora derribando árboles es la imagen emblemática de la destrucción del hábitat. Otras formas en las que la gente destruye directamente el hábitat son el relleno de humedales, el dragado de ríos, la siega de campos y la tala de árboles.
Fragmentación del hábitat: Gran parte del hábitat terrestre que queda en Estados Unidos ha sido fragmentado por las carreteras y el desarrollo. Los hábitats de las especies acuáticas han sido fragmentados por presas y desvíos de agua. Estos fragmentos de hábitat pueden no ser lo suficientemente grandes o estar conectados para mantener a las especies que necesitan un territorio amplio donde puedan encontrar pareja y alimento. La pérdida y fragmentación de los hábitats dificulta que las especies migratorias encuentren lugares para descansar y alimentarse a lo largo de sus rutas de migración.
Efectos de la destrucción del ecosistema
Existe un fuerte vínculo entre la amenaza de más pandemias y la destrucción de la naturaleza por parte de la humanidad, según el IPBES y la OMS. Invertir ambas tendencias tendrá múltiples beneficios, incluso sobre el cambio climático, pero requerirá un esfuerzo concertado.
Además del coste en vidas humanas, la pandemia de SARS-CoV-2 costará a la economía mundial unos 28 billones de dólares, según el Fondo Monetario Internacional. Esta cifra debe compararse con el coste de la prevención de nuevas pandemias.
El informe de febrero de la Organización Mundial de la Salud señaló que la causa más probable de la pandemia fue el salto de los animales a los humanos, concretamente los murciélagos, aunque es posible que nunca se conozca la ruta exacta.
Existe una fuerte relación entre la pérdida de ecosistemas naturales y el riesgo de pandemias, descrita en los informes sobre pandemias recientemente publicados y en el Informe de Evaluación Global de la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas de la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) (un organismo intergubernamental independiente de alto nivel que a menudo se describe como lo que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático hace por el clima).