Ecosistema acuático

La diversidad de especies tiene dos componentes principales: la riqueza de especies (el número de especies en una comunidad local) y la composición de especies (la identidad de las especies presentes en una comunidad). Aunque la mayoría de las investigaciones sobre la relación entre la diversidad y la estabilidad de los ecosistemas se han centrado en la riqueza de especies, es la variación en la composición de las especies la que proporciona la base mecánica para explicar la relación entre la riqueza de especies y el funcionamiento del ecosistema. Las especies difieren entre sí en el uso de los recursos, la tolerancia ambiental y las interacciones con otras especies, de modo que la composición de las especies tiene una gran influencia en el funcionamiento y la estabilidad del ecosistema.

Los modelos teóricos sugieren que podría haber múltiples relaciones entre la diversidad y la estabilidad, dependiendo de cómo definamos la estabilidad (revisado por Ives & Carpenter 2007). La estabilidad puede definirse a nivel del ecosistema; por ejemplo, un ganadero podría estar interesado en la capacidad de un ecosistema de pastizales para mantener la producción primaria de forraje para el ganado a lo largo de varios años que pueden variar en su temperatura y precipitación medias. La figura 1 muestra cómo la presencia de múltiples especies en una comunidad vegetal puede estabilizar los procesos del ecosistema si las especies varían en sus respuestas a las fluctuaciones ambientales, de manera que el aumento de la abundancia de una especie puede compensar la disminución de la abundancia de otra. Las comunidades biológicamente diversas también tienen más probabilidades de contener especies que confieren resiliencia a ese ecosistema porque, a medida que una comunidad acumula especies, hay más posibilidades de que alguna de ellas tenga rasgos que le permitan adaptarse a un entorno cambiante. Esas especies podrían amortiguar el sistema contra la pérdida de otras especies. Los científicos han propuesto la hipótesis del seguro para explicar este fenómeno (Yachi y Loreau 1999). En esta situación, la identidad de las especies -y los rasgos particulares de las mismas- son la fuerza motriz que estabiliza el sistema y no la riqueza de especies per se (véase la figura 2).

  Definicion de ecosistemas para niños

Ecosistema forestal

Ecosistema humano “Ecosistema humano” es el término que utilizan los científicos para estudiar el modo en que las personas interactúan con sus ecosistemas. El estudio de los ecosistemas humanos tiene en cuenta la geografía, la ecología, la tecnología, la economía, la política y la historia. El estudio de los ecosistemas urbanos se centra en las ciudades y los suburbios.

Triángulo de CoralEl ecosistema más diverso del mundo es el enorme Triángulo de Coral del sudeste asiático. El Triángulo de Coral se extiende desde las Filipinas, en el norte, hasta las Islas Salomón, en el este, y las islas de Indonesia y Papúa, en el oeste.

Bactrianos y dromedariosLos diferentes ecosistemas desérticos acogen a distintas especies de camellos. El camello dromedario es alto y rápido, con largas patas. Es originario de los desiertos cálidos y secos del norte de África y la península arábiga. El camello bactriano tiene un pelaje más grueso, es más corto y tiene más grasa corporal que el dromedario. El camello bactriano es originario de las frías estepas desérticas de Asia Central: Los dromedarios tienen una joroba, los bactrianos tienen dos.

Cuáles son los 4 tipos de ecosistemas

Los ecosistemas se clasifican en muchos tipos y se clasifican en función de una serie de factores. Hablaremos de los principales tipos de ecosistemas e intentaremos comprender en qué se basan estas clasificaciones. También es esencial conocer los distintos factores que diferencian a los ecosistemas entre sí.

En general, los ecosistemas pueden clasificarse en dos clases: naturales y artificiales. Los ecosistemas artificiales son regiones naturales afectadas por las interferencias del hombre. Son lagos artificiales, embalses, municipios y ciudades. Los ecosistemas naturales se clasifican básicamente en dos grandes tipos. Son el ecosistema acuático y el ecosistema terrestre.

  Principales amenazas de los ecosistemas

Los componentes abióticos consisten en el clima o los factores del clima como la temperatura, la luz, la humedad, las precipitaciones, los gases, el viento, el agua, el suelo, la salinidad, el sustrato, los minerales, la topografía y el hábitat. El flujo de energía y el ciclo del agua y los nutrientes son fundamentales para cada ecosistema de la Tierra. Los componentes no vivos preparan el escenario para el funcionamiento del ecosistema.

Ecosistemas terrestres

Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado al menos durante una parte del tiempo)[2].

Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.