Tipos de ecosistemas acuáticos pdf
Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado durante al menos una parte del tiempo)[2].
Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.
Cuál es un ejemplo de ecosistema acuático quizlet
Los humedales son elementos importantes en el paisaje que proporcionan numerosos servicios beneficiosos para las personas y para los peces y la vida silvestre. Algunos de estos servicios, o funciones, incluyen la protección y la mejora de la calidad del agua, la provisión de hábitats para peces y vida silvestre, el almacenamiento de aguas de inundación y el mantenimiento del flujo de agua superficial durante los períodos secos. Estas valiosas funciones son el resultado de las características naturales únicas de los humedales.
Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más productivos del mundo, comparables a las selvas tropicales y los arrecifes de coral. Una inmensa variedad de especies de microbios, plantas, insectos, anfibios, reptiles, aves, peces y mamíferos pueden formar parte de un ecosistema de humedales. El clima, la forma del paisaje (topología), la geología y el movimiento y la abundancia del agua ayudan a determinar las plantas y los animales que habitan en cada humedal. Las complejas y dinámicas relaciones entre los organismos que habitan el entorno de los humedales se denominan redes alimentarias. Por ello, los humedales de Texas, Carolina del Norte y Alaska difieren entre sí.
Ecosistema acuático pdf
Al igual que los biomas terrestres, los biomas acuáticos están influidos por una serie de factores abióticos. Sin embargo, estos factores difieren, ya que el agua tiene propiedades físicas y químicas diferentes a las del aire. Incluso si el agua de un estanque u otra masa de agua es perfectamente clara (no hay partículas en suspensión), el agua, por sí sola, absorbe la luz. A medida que se desciende en una masa de agua profunda, habrá una profundidad a la que la luz solar no pueda llegar. Aunque hay algunos factores abióticos y bióticos en un ecosistema terrestre que pueden oscurecer la luz (como la niebla, el polvo o los enjambres de insectos), normalmente no son características permanentes del entorno. La importancia de la luz en los biomas acuáticos es fundamental para las comunidades de organismos que se encuentran tanto en los ecosistemas de agua dulce como en los marinos. En los sistemas de agua dulce, la estratificación debida a las diferencias de densidad es quizás el factor abiótico más crítico y está relacionado con los aspectos energéticos de la luz. Las propiedades térmicas del agua (tasas de calentamiento y enfriamiento) son importantes para el funcionamiento de los sistemas marinos y tienen un gran impacto en el clima global y los patrones meteorológicos. Los sistemas marinos también se ven influidos por los movimientos físicos del agua a gran escala, como las corrientes; éstos son menos importantes en la mayoría de los lagos de agua dulce.
Importancia del ecosistema acuático
Para esta revisión, nos centramos en la necromasa derivada heterotróficamente (desde las bacterias hasta las ballenas) con énfasis en la carroña animal, y también reconocemos que el estiércol, los desechos y otras formas de tejido animal (por ejemplo, los gametos) contribuyen al conjunto de recursos más amplio (Subalusky et al., 2015; Dutton et al., 2018; Subalusky y Post, 2018; Benbow et al., 2019). Para un argumento informativo sobre la importancia de las formas de materia orgánica particulada derivadas de los egestágenos para los presupuestos energéticos de las zonas pelágicas de los ecosistemas lacustres, dirigimos a los lectores a Wetzel (1995).
La mayoría de los estudios sobre la ecología de la carroña se han realizado en ecosistemas terrestres. Aquí proporcionamos ejemplos de hábitats terrestres para mostrar el potencial de la carroña en los ecosistemas, que puede ser potencialmente transferido a las condiciones acuáticas. En los sistemas terrestres, a menudo se ha pensado que la carroña contribuye de forma marginal a la energía del ecosistema (Swift et al., 1979; Barton et al., 2019). Sin embargo, Barton et al. (2019) argumentan que, debido a la alta tasa de rotación de la carroña, los cadáveres han sido históricamente poco estudiados, ya que se reciclan rápidamente en el ecosistema y están ocultos a la observación; por lo tanto, se ha presumido que tienen una contribución insignificante al flujo de energía y nutrientes en los ecosistemas. Este punto de vista es plausible porque históricamente ha sido difícil cuantificar las tasas naturales de descomposición de la carroña en los ecosistemas, por lo que la producción relativa de energía de la carroña comparada con la producción de una cantidad equivalente de necromasa vegetal puede ser desproporcionada y subestimada (Barton et al., 2019). Como ejemplo (véase la revisión de Scott, 1998), se ha demostrado que los escarabajos enterradores eliminan y ocultan el 91% de los cadáveres de mamíferos pequeños (21-210 g) expuestos mediante enterramiento en una media de 1,4 días (Trumbo, 1992). En el mismo estudio, el 22,7% de los cadáveres expuestos fueron comidos o eliminados por carroñeros vertebrados. Este ejemplo demuestra la rapidez con la que las pequeñas carroñas pueden desaparecer de la observación de los científicos.