Animales del ecosistema de agua dulce

El agua es un elemento fundamental para la formación de la vida. Da lugar a numerosos ambientes donde se pueden generar diversas interacciones. Los ecosistemas de agua dulce son aquellos cuyo medio es el agua líquida, de muy bajo contenido en sales. En estos ecosistemas encontramos lugares como ríos, lagos, humedales, pantanos, selvas y llanuras de inundación. Son muy ricos en biodiversidad e importantes para el clima del planeta.

El agua es una de las principales características presentes en este tipo de ecosistemas. Tienen un contenido de sal inferior al 0,05% con ácidos orgánicos y diversos sedimentos. Los ecosistemas de agua dulce se clasifican en superficiales y subterráneos. Según el régimen actual, se dividen en lóticos y lénticos.

Los ecosistemas lóticos de agua dulce son los ríos, ya que se caracterizan por tener una corriente de agua constante y una dirección definida. Por otro lado, los lénticos son los lagos, estanques, lagunas y pantanos donde el agua está más o menos encerrada en un área fija y con una corriente muy pequeña o escasa. En estos ecosistemas abunda la diversidad de plantas acuáticas, tanto flotantes como emergidas y sumergidas. Además, hay un gran número de especies animales donde destacan los peces, reptiles y otros invertebrados. También pueden habitar algunas especies de mamíferos acuáticos como delfines, nutrias y manatíes.

Diagrama del ecosistema de agua dulce

Todos los seres vivos de la Tierra necesitan agua para sobrevivir, pero más de cien mil especies, incluida la nuestra, necesitan un tipo especial de agua que sólo puede encontrarse en determinados lugares y que es muy escasa: el agua dulce. Las plantas, los animales, los microbios, las rocas, el suelo, la luz solar y el agua que se encuentran dentro y alrededor de este valioso recurso forman parte de lo que se llama un ecosistema de agua dulce. Menos del tres por ciento del agua de nuestro planeta es agua dulce, y menos de la mitad está disponible como líquido; el resto está encerrado en forma de hielo en los casquetes polares y los glaciares. Por estas razones, los ecosistemas de agua dulce son un recurso precioso.

  ¿Qué es un ecosistema y cuántos tipos hay?

El agua dulce comienza como vapor de agua que se ha evaporado de la superficie de los océanos, lagos y otras masas de agua. Cuando este vapor asciende, deja atrás las sales y otros contaminantes y se convierte en “dulce”. El vapor de agua se acumula en nubes a la deriva que acaban por devolver el agua a la Tierra en forma de lluvia o nieve.

Una vez que el agua dulce llega al suelo a través de las precipitaciones, fluye cuesta abajo a través de un paisaje llamado cuenca hidrográfica hasta llegar a los lagos, estanques, ríos, arroyos y humedales. Pero el agua dulce también puede encontrarse en lugares menos evidentes. Más de la mitad del agua dulce de nuestro planeta se filtra a través del suelo y entre las rocas para formar acuíferos que se llenan de agua subterránea. La superficie superior de un acuífero se llama nivel freático, y es la profundidad a la que se perforan los pozos para llevar agua dulce a las ciudades y los hogares.

Notas sobre el ecosistema de agua dulce

El agua dulce se define como aquella que tiene una baja concentración de sal, normalmente inferior al 1%. Las plantas y los animales de las regiones de agua dulce se adaptan al bajo contenido de sal y no podrían sobrevivir en zonas de alta concentración de sal (es decir, el océano). Existen diferentes tipos de regiones de agua dulce:

Estas regiones varían en tamaño desde unos pocos metros cuadrados hasta miles de kilómetros cuadrados. Dispersas por toda la tierra, varias son restos de la glaciación del Pleistoceno. Muchas lagunas son estacionales y duran sólo un par de meses (como las charcas sésiles), mientras que los lagos pueden existir durante cientos de años o más. Los estanques y los lagos pueden tener una diversidad de especies limitada, ya que suelen estar aislados unos de otros y de otras fuentes de agua, como los ríos y los océanos. Los lagos y estanques se dividen en tres “zonas” diferentes que suelen estar determinadas por la profundidad y la distancia a la costa.

  Capacidad de carga ecosistemas

La zona más alta cerca de la orilla de un lago o estanque es la zona litoral. Esta zona es la más cálida porque es poco profunda y puede absorber más calor del sol. Alberga una comunidad bastante diversa, que puede incluir varias especies de algas (como las diatomeas), plantas acuáticas enraizadas y flotantes, caracoles que pastan, almejas, insectos, crustáceos, peces y anfibios. En el caso de los insectos, como las libélulas y los mosquitos, sólo se encuentran en esta zona los estados de huevo y larva. La vegetación y los animales que viven en la zona litoral son el alimento de otras criaturas como tortugas, serpientes y patos.

Importancia del ecosistema de agua dulce

Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado durante al menos una parte del tiempo)[2].

Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en varias zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.

Por Nerea Pico

[email protected], soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.