Funciones del ecosistema marino
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La vida marina ha estado y sigue estando sometida a la presión de las actividades humanas en todos los mares de Europa. Los efectos combinados de las múltiples presiones sobre las especies y los hábitats marinos reducen la resistencia general de los ecosistemas marinos.
Una elevada proporción de especies y hábitats marinos sigue estando en “estado de conservación desfavorable” con respecto a los requisitos de la Directiva de Hábitats de la UE. En realidad, muchas de las evaluaciones realizadas con arreglo a esa Directiva se notifican como “estado de conservación desconocido”. El objetivo de la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina de la UE de “alcanzar un buen estado medioambiental”, que requiere ciertas reducciones de la presión y un determinado estado de los componentes del ecosistema marino, en todas las aguas marinas de la UE para el año 2020 no se ha alcanzado en relación con la biodiversidad marina.
Sin embargo, en los casos en que se aplican y supervisan esfuerzos de gestión coherentes y a largo plazo, se observan algunos efectos positivos en especies clave, aunque pueden limitarse a zonas concretas. Por ejemplo, la prohibición de los bifenilos policlorados (PCB) y del diclorodifeniltricloroetano (DDT) ha permitido la recuperación del águila de cola blanca en algunas partes del Mar Báltico después de 35 años de esfuerzos”.
Componentes abióticos del ecosistema marino
Esta etapa del proceso de triaje requiere la especificación y selección de los componentes, funciones y servicios del ecosistema que se relacionan con las cuestiones políticas definidas, así como la identificación de las partes interesadas y las instituciones cuyas acciones se ven afectadas por estas cuestiones políticas.
Figura: visión sistémica de los servicios ecosistémicos a nivel local, elaboración según [Mongruel et al., 2015; Braat y de Groot, 2012; Carpenter et al., 2009; Daily et al., 2009; Turner y Daily, 2008].
Básicamente, los servicios ecosistémicos dependen de los hábitats naturales y de las funciones ecológicas, pero existen siempre que exista una demanda social de los beneficios que estos puedan proporcionar. Esta demanda la expresan las partes interesadas, que son responsables de los usos directos e indirectos de los servicios ecosistémicos, pero también de los impactos sobre los hábitats y las funciones ecológicas.
Por muchas razones prácticas, entre ellas el propósito de mejorar la gobernanza de los ecosistemas mediante opciones de gestión realistas, es útil determinar quiénes son los beneficiarios de los servicios de los ecosistemas, así como quiénes son los responsables de los impactos.
Importancia del ecosistema marino
Un ecosistema está formado por los organismos vivos, el hábitat en el que viven, las estructuras no vivas presentes en la zona y cómo todos ellos se relacionan e influyen entre sí. Los ecosistemas pueden variar en tamaño, pero todas sus partes dependen unas de otras. Si se elimina una parte del ecosistema, afecta a todo lo demás.
Un ecosistema marino es cualquiera que se produce en el agua salada o cerca de ella, lo que significa que los ecosistemas marinos pueden encontrarse en todo el mundo, desde una playa de arena hasta las partes más profundas del océano. Un ejemplo de ecosistema marino es un arrecife de coral, con su vida marina asociada -incluyendo peces y tortugas marinas- y las rocas y la arena que se encuentran en la zona.
El océano cubre el 71% del planeta, por lo que los ecosistemas marinos constituyen la mayor parte de la Tierra. Este artículo contiene un resumen de los principales ecosistemas marinos, con tipos de hábitat y ejemplos de vida marina que viven en cada uno de ellos.
A lo largo de una costa rocosa, puedes encontrar acantilados, rocas pequeñas y grandes, y pozas de marea (charcos de agua que pueden contener una sorprendente variedad de vida marina). También encontrará la zona intermareal, que es el área entre la marea baja y la alta.
Tipos de ecosistemas marinos
El problema que plantea la identificación de los ecosistemas marinos vulnerables y la decisión de cómo gestionarlos es que no hay acuerdo sobre su delimitación. Cabe destacar que la resolución original de la AGNU 61/105 incluía la frase “ecosistema marino vulnerable” como terminología crítica (párrafos 76-95), por lo que la Consulta de Expertos encargada de elaborar el proyecto inicial de las directrices debía partir de ella como base [Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 2009]. El grupo estudió cómo abordar el alcance del término a escala del ecosistema, pero redujo el nivel de complejidad para su aplicación a las escalas de poblaciones, comunidades y hábitats (párrafos 14-16 de las directrices), que son las unidades que experimentarían cualquier alteración. De hecho, las directrices que describen y definen los ecosistemas marinos vulnerables reconocen que las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) y sus Estados miembros querrán tener cierta flexibilidad en su aplicación.
La determinación de la existencia de un ecosistema marino vulnerable se basa en la búsqueda de especies indicadoras predeterminadas (Resolución 64/72 de la AGNU). Se determinó que las características de las especies indicadoras tienen un conjunto particular de atributos que las hacen especialmente vulnerables a los impactos de las artes de pesca de contacto con el fondo [Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 2009]: (1) singularidad o rareza de la especie; (2) importancia funcional para el hábitat; (3) fragilidad corporal; (4) características del ciclo vital que hacen que la probabilidad de recolonización tras el impacto sea baja o imprevisible; y (5) especies que sirven de hábitat para otras especies por su complejidad estructural. En los montes submarinos se ha prestado mucha atención a las especies de corales y esponjas, ya que por lo general se ajustan a al menos uno, y a menudo a varios, de los criterios para ser consideradas especies indicadoras de EMV (Ardron et al., 2014).