Diferencia entre ecosistema terrestre y acuático

En las secciones anteriores hemos visto las principales características del mar Mediterráneo y cuáles son los factores más importantes que inciden en la vida y los hábitats marinos. En esta sección exploraremos el concepto de conservación marina, su implicación y sus herramientas, pero para ello debemos dar un paso atrás y entender qué es lo que nos interesa conservar: la biodiversidad, y la función y los servicios que proporcionan los ecosistemas.

El término biodiversidad se ha convertido en los últimos 20 años en una expresión común en el léxico científico, mediático y gubernamental a escala mundial (Fig.1_Ses5.1_Biodiversity Hall, American Museum of Natural History, New York_Wikimedia Commons).

La biodiversidad o diversidad biológica es la variedad de la vida, en todas sus manifestaciones. El artículo 2 del Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica (Cumbre de la Tierra de Río de 1992) ofrece una definición más larga y formal: “Por diversidad biológica se entiende la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas” (Fig.2_Ses5.1_Nube de biodiversidad). Abarca la variedad de especies (tanto vegetales como animales) pero también la variedad de genes dentro de esas especies y la variedad de ecosistemas en los que residen las especies. De modo que la biodiversidad puede dividirse, por comodidad, en tres grupos: diversidad genética, diversidad de organismos y diversidad ecológica.

¿Cuál es la importancia de mantener el medio ambiente sano tanto para las plantas terrestres como para las acuáticas?

Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado durante al menos una parte del tiempo)[2].

  Alteración de los ecosistemas

Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.

Ecosistemas terrestres

Por lo general, se acepta que un ecosistema es un sistema de interacción de la biota y su entorno físico asociado. Los ecologistas tienden a pensar en estos sistemas como identificables a muchas escalas diferentes con límites seleccionados para resaltar las interacciones internas y externas. En este sentido, un ecosistema acuático podría identificarse por el predominio del agua en la estructura interna y las funciones de una zona. Tales sistemas incluyen intuitivamente arroyos, ríos, estanques, lagos, estuarios y océanos. La mayoría de los ecologistas y reguladores medioambientales también incluyen los humedales con vegetación como miembros del conjunto de ecosistemas acuáticos, y muchos piensan en los sistemas de acuíferos subterráneos como miembros potenciales del conjunto. “Ecosistemas acuáticos y terrestres relacionados” es una frase que reconoce la imposibilidad de analizar los sistemas acuáticos sin tener en cuenta los vínculos con los entornos terrestres adyacentes.

  Ecosistemas urbanos ciudad

La inclusión de “ecosistemas terrestres relacionados” para este estudio es un reflejo del estado de la ciencia que reconoce la multitud de procesos que vinculan los sistemas terrestres y acuáticos. Los ecologistas fluviales conocen desde hace tiempo las importantes conexiones entre los ríos y sus llanuras de inundación (Junk et al., 1989; Stanford et al., 1996). Los flujos de agua, nutrientes y sedimentos procedentes de las cuencas hidrográficas circundantes están muy influidos por las condiciones de la llanura de inundación. A la inversa, el valor del hábitat vegetal y animal de la llanura de inundación y el suministro de sedimentos y la fertilidad suelen estar determinados por la hidrología del río. Actualmente se entiende que este mismo tipo de relación entre el sistema terrestre y el acuático influye en muchas de las funciones de los humedales que motivan los esfuerzos de gestión (Wetzel, 2001). Los ecologistas de humedales han debatido durante años sobre el reconocimiento adecuado de la capacidad y la oportunidad de realizar funciones al realizar evaluaciones de los humedales. Un ejemplo clásico del debate se centra en dos humedales idénticos, uno en un paisaje forestal prístino y otro en un paisaje intensamente desarrollado. Se supone que ambos tienen capacidades internas equivalentes para secuestrar contaminantes, modificar las cargas de nutrientes y proporcionar hábitat, pero las condiciones del entorno hacen que la oportunidad de que estas funciones se produzcan difiera significativamente.

Ecosistema terrestre y acuático pdf

En todo el mundo, los ecosistemas acuáticos dominados por el agua incluyen arroyos, ríos, estanques, lagos, estuarios y océanos. Interactúan con los ecosistemas terrestres, empezando por los humedales con vegetación en zonas híbridas de agua y tierra ricas en carbono.

  Acciones de proteccion de los ecosistemas y su biodiversidad

Estas zonas terrestres-acuáticas son relativamente pequeñas en tamaño, pero tienen consecuencias monumentales para los sistemas de la Tierra. Captan, almacenan, transforman y liberan carbono, nitrógeno, agua, energía y otras entidades que influyen en los bucles de retroalimentación con los entornos acuáticos, los ecosistemas terrestres, la atmósfera y el clima.

Un ecologista del laboratorio inspiró y ahora dirige un consorcio internacional de investigadores denominado Red Mundial de Observación Hidrobiogeoquímica de Sistemas Fluviales Dinámicos (WHONDRS). En un mundo en el que cada año se colocan miles de presas en los ríos, los investigadores de la WHONDRS se proponen comprender colectivamente las repercusiones hidrológicas, biogeoquímicas y microbianas de las fluctuaciones de alta frecuencia del nivel del agua que generan las presas.

Por Nerea Pico

[email protected], soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.