Ecosistema Britannica
Un ecosistema Es aquel sistema biológico que está compuesto por un conjunto de seres vivos que interactúan entre sí y con el entorno natural en el que viven. Son muchas las relaciones que existen entre las especies y entre los individuos de una misma especie. Los seres vivos necesitan un lugar para vivir y esto es lo que llamamos hábitat natural. El entorno en el que vive suele llamarse biotopo o bioma. Son varios los ecosistemas que existen en el mundo y cada uno tiene una flora y una fauna características que están condicionadas por la geología y las condiciones ambientales.
En los tipos de ecosistemas terrestres hay que tener en cuenta el lugar donde se desarrollan los seres vivos. La superficie terrestre en la que se desarrollan y se establecen relaciones entre ellos se conoce como biosfera. Este ecosistema se da tanto a nivel del suelo como del subsuelo. Las condiciones que podemos encontrar en este tipo de ecosistema vienen establecidas por elementos como la humedad, la temperatura, la altitud y la latitud.
Ecosistema acuático
La vida en un ecosistema suele consistir en la competencia por los recursos limitados, una característica de la teoría de la selección natural. La competencia en las comunidades (todos los seres vivos dentro de hábitats específicos) se observa tanto dentro de las especies como entre especies diferentes. Los recursos por los que compiten los organismos incluyen la materia orgánica de los organismos vivos o anteriormente vivos, la luz solar y los nutrientes minerales, que proporcionan la energía para los procesos vivos y la materia para formar las estructuras físicas de los organismos. Otros factores críticos que influyen en la dinámica de la comunidad son los componentes de su entorno físico y geográfico: la latitud de un hábitat, la cantidad de lluvia, la topografía (elevación) y las especies disponibles. Todas ellas son variables ambientales importantes que determinan qué organismos pueden existir en una zona concreta.
Diferentes ecosistemas
La vida en un ecosistema suele consistir en la competencia por los recursos limitados, una característica de la teoría de la selección natural. La competencia en las comunidades (todos los seres vivos dentro de hábitats específicos) se observa tanto dentro de las especies como entre especies diferentes. Los recursos por los que compiten los organismos incluyen la materia orgánica de los organismos vivos o anteriormente vivos, la luz solar y los nutrientes minerales, que proporcionan la energía para los procesos vivos y la materia para formar las estructuras físicas de los organismos. Otros factores críticos que influyen en la dinámica de la comunidad son los componentes de su entorno físico y geográfico: la latitud de un hábitat, la cantidad de lluvia, la topografía (elevación) y las especies disponibles. Todas ellas son variables ambientales importantes que determinan qué organismos pueden existir en una zona concreta.
Ecosistema forestal
Turbera de las tierras altas de Gales, que constituye la fuente oficial del río Severn. Las turberas sanas secuestran el carbono, retienen el agua, reduciendo así el riesgo de inundaciones, y suministran agua limpia mejor que los hábitats degradados.
Los servicios de los ecosistemas son los numerosos y variados beneficios que el medio ambiente natural y los ecosistemas sanos proporcionan a los seres humanos. Estos ecosistemas incluyen, por ejemplo, los agroecosistemas, los ecosistemas forestales, los ecosistemas de praderas y los ecosistemas acuáticos. Estos ecosistemas, que funcionan en una relación saludable, ofrecen cosas como la polinización natural de los cultivos, el aire limpio, la mitigación de los fenómenos meteorológicos extremos y el bienestar mental y físico de los seres humanos. En conjunto, estos beneficios se están conociendo como “servicios de los ecosistemas”, y suelen ser parte integrante del suministro de agua potable, la descomposición de los residuos y la resistencia y productividad de los ecosistemas alimentarios.
Aunque los científicos y los ecologistas llevan décadas hablando implícitamente de los servicios de los ecosistemas, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) de principios de la década de 2000 popularizó este concepto[1]. En ella, los servicios de los ecosistemas se agrupan en cuatro grandes categorías: de aprovisionamiento, como la producción de alimentos y agua; de regulación, como el control del clima y las enfermedades; de apoyo, como los ciclos de nutrientes y la producción de oxígeno; y culturales, como los beneficios espirituales y recreativos. Para ayudar a los responsables de la toma de decisiones, se están valorando muchos servicios de los ecosistemas con el fin de establecer comparaciones equivalentes a las infraestructuras y servicios creados por el hombre.