Datos sobre el ecosistema terrestre

Por lo general, se acepta que un ecosistema es un sistema de interacción de la biota y su entorno físico asociado. Los ecologistas tienden a pensar en estos sistemas como identificables a muchas escalas diferentes con límites seleccionados para resaltar las interacciones internas y externas. En este sentido, un ecosistema acuático podría identificarse por el predominio del agua en la estructura interna y las funciones de una zona. Tales sistemas incluyen intuitivamente arroyos, ríos, estanques, lagos, estuarios y océanos. La mayoría de los ecologistas y reguladores medioambientales también incluyen los humedales con vegetación como miembros del conjunto de ecosistemas acuáticos, y muchos piensan en los sistemas de acuíferos subterráneos como miembros potenciales del conjunto. «Ecosistemas acuáticos y terrestres relacionados» es una frase que reconoce la imposibilidad de analizar los sistemas acuáticos sin tener en cuenta los vínculos con los entornos terrestres adyacentes.

La inclusión de «ecosistemas terrestres relacionados» para este estudio es un reflejo del estado de la ciencia que reconoce la multitud de procesos que vinculan los sistemas terrestres y acuáticos. Los ecologistas fluviales conocen desde hace tiempo las importantes conexiones entre los ríos y sus llanuras de inundación (Junk et al., 1989; Stanford et al., 1996). Los flujos de agua, nutrientes y sedimentos procedentes de las cuencas hidrográficas circundantes están muy influidos por las condiciones de la llanura de inundación. A la inversa, el valor del hábitat vegetal y animal de la llanura de inundación y el suministro de sedimentos y la fertilidad suelen estar determinados por la hidrología del río. Actualmente se entiende que este mismo tipo de relación entre el sistema terrestre y el acuático influye en muchas de las funciones de los humedales que motivan los esfuerzos de gestión (Wetzel, 2001). Los ecologistas de humedales han debatido durante años sobre el reconocimiento adecuado de la capacidad y la oportunidad de realizar funciones al realizar evaluaciones de los humedales. Un ejemplo clásico del debate se centra en dos humedales idénticos, uno en un paisaje forestal prístino y otro en un paisaje intensamente desarrollado. Se supone que ambos tienen capacidades internas equivalentes para secuestrar contaminantes, modificar las cargas de nutrientes y proporcionar hábitat, pero las condiciones del entorno hacen que la oportunidad de que estas funciones se produzcan difiera significativamente.

Características del ecosistema terrestre

Un bioma es un tipo de ecosistema geográficamente extenso. Un bioma concreto se da allí donde las condiciones ambientales son adecuadas para su desarrollo, en cualquier parte del mundo. Los biomas se caracterizan por las formas de vida de sus organismos dominantes, pero no necesariamente por sus especies concretas. En tierra, los biomas suelen identificarse por su vegetación madura o de mayor edad. En cambio, los biomas acuáticos suelen distinguirse por sus animales dominantes. Los biomas se clasifican mediante un sistema que se utiliza a nivel internacional, es decir, por los ecologistas que trabajan en muchos países.

La figura 8.1 muestra un mapa de la distribución de los biomas terrestres más extensos. La distribución de los biomas viene determinada por las condiciones ambientales, que deben ser las adecuadas para sustentar las especies dominantes. La humedad y la temperatura suelen ser las influencias ambientales más importantes en la distribución de los biomas terrestres (Figura 8.2). La distribución de los distintos tipos de humedales dentro de los biomas terrestres está influenciada principalmente por la cantidad y permanencia del agua superficial y la disponibilidad de nutrientes. Los biomas marinos están muy influenciados por la profundidad del agua y los afloramientos, que afectan a la cantidad de luz y nutrientes disponibles para apoyar la productividad primaria.

Ecosistema terrestre y ecosistema acuático

Los ecosistemas terrestres se diferencian de los acuáticos por la presencia predominante de suelo en lugar de agua en la superficie y por la extensión de las plantas por encima de esta superficie de suelo/agua en los ecosistemas terrestres. Existe una amplia gama de disponibilidad de agua entre los ecosistemas terrestres (incluyendo la escasez de agua en algunos casos), mientras que el agua rara vez es un limitante para los organismos en los ecosistemas acuáticos. Dado que el agua amortigua las fluctuaciones de temperatura, los ecosistemas terrestres suelen experimentar mayores fluctuaciones de temperatura diurnas y estacionales que los ecosistemas acuáticos en climas similares[2].

Los organismos de los ecosistemas terrestres tienen adaptaciones que les permiten obtener agua cuando todo el cuerpo ya no está bañado en ese fluido, medios para transportar el agua desde los sitios limitados de adquisición al resto del cuerpo y medios para evitar la evaporación del agua de las superficies corporales. También tienen rasgos que les proporcionan soporte corporal en la atmósfera, un medio mucho menos boyante que el agua, y otros rasgos que los hacen capaces de soportar los extremos de temperatura, viento y humedad que caracterizan a los ecosistemas terrestres. Por último, los organismos de los ecosistemas terrestres han desarrollado muchos métodos de transporte de gametos en entornos en los que el flujo de fluidos es mucho menos eficaz como medio de transporte[cita requerida].

Ecosistema terrestre de pastizales

Comprender la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres es la clave para explicar cómo ha persistido la vida en la Tierra en el pasado y cómo podría responder al cambio en el futuro. La ciencia de los ecosistemas adopta una visión holística de los organismos y el medio ambiente. El módulo refleja esa visión, ilustrando la importancia de las interacciones entre los elementos de los ecosistemas para determinar las propiedades del sistema en su conjunto.

El módulo se compone de cuatro bloques que le llevan progresivamente desde los sistemas y procesos básicos hasta la complejidad de la escala global. Un bloque introductorio define lo que significa el término «ecosistema» y presenta una serie de ejemplos, describiendo sus componentes bióticos (vivos) y abióticos (no vivos). El segundo bloque aborda el ciclo de la energía, el agua, el carbono y los nutrientes inorgánicos a través de estos sistemas. Reflexionarás sobre cómo estos flujos controlan el tipo y el número de organismos que habitan el sistema, y cómo la presencia de organismos vivos afecta a su vez al ciclo de la energía y la materia. El tercer bloque explora la estabilidad y la capacidad de recuperación de los ecosistemas frente a las perturbaciones naturales y las provocadas por el hombre, como los incendios, las enfermedades y el cambio ambiental. El último bloque examina nuestro planeta en su conjunto para investigar la interdependencia de los subsistemas que lo componen.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.