Características físicas de un árbol

En botánica, un árbol es una planta perenne con un tallo alargado, o tronco, que suele soportar ramas y hojas. En algunos usos, la definición de árbol puede ser más estrecha, incluyendo sólo las plantas leñosas con crecimiento secundario, las plantas utilizables como madera o las plantas por encima de una altura determinada. En definiciones más amplias, las palmeras más altas, los helechos arbóreos, los plátanos y los bambúes también son árboles. Los árboles no son un grupo taxonómico, sino que incluyen una variedad de especies de plantas que han desarrollado independientemente un tronco y ramas como forma de elevarse por encima de otras plantas para competir por la luz solar. La mayoría de las especies de árboles son angiospermas o maderas duras; del resto, muchas son gimnospermas o maderas blandas. Los árboles suelen ser longevos, algunos llegan a tener varios miles de años. Los árboles existen desde hace 370 millones de años. Se calcula que hay unos tres billones de árboles maduros en el mundo[1].

Un árbol suele tener muchas ramas secundarias que se apoyan en el tronco. Este tronco suele contener tejido leñoso para darle fuerza y tejido vascular para transportar materiales de una parte a otra del árbol. En la mayoría de los árboles está rodeado por una capa de corteza que sirve de barrera protectora. Bajo el suelo, las raíces se ramifican y se extienden ampliamente; sirven para anclar el árbol y extraer la humedad y los nutrientes del suelo. Por encima del suelo, las ramas se dividen en ramas más pequeñas y brotes. Los brotes suelen tener hojas, que captan la energía de la luz y la convierten en azúcares mediante la fotosíntesis, proporcionando el alimento para el crecimiento y el desarrollo del árbol.

Características de los árboles para los preescolares

Los árboles y los arbustos, que son las plantas dominantes de la cubierta vegetal, desempeñan un papel fundamental en los sistemas agroforestales. Las prácticas de uso de la tierra agroforestal pueden tener varios niveles de escala, pero la clave para entender los sistemas agroforestales comienza con la apreciación de los procesos ambientales y biológicos que ocurren en la interfaz entre dos o más componentes vegetales. Para ello es necesario comprender las características relevantes de los distintos componentes vegetales. Las relacionadas con los árboles y los arbustos se señalan en forma de una lista de puntos a tener en cuenta en relación con el germoplasma, la propagación, la plantación en la fase juvenil de crecimiento, el crecimiento maduro y la senescencia y la replantación; todo ello en relación con consideraciones técnicas de gestión y socioeconómicas.

Los árboles y los arbustos, que son las plantas dominantes de la cubierta vegetal, desempeñan un papel fundamental en los sistemas agroforestales. Las prácticas de uso de la tierra agroforestal pueden tener varios niveles de escala, pero la clave para entender los sistemas agroforestales comienza con la apreciación de los procesos ambientales y biológicos que ocurren en la interfaz entre dos o más componentes vegetales. Para ello es necesario comprender las características relevantes de los distintos componentes vegetales. Las relacionadas con los árboles y arbustos se señalan en forma de lista de puntos a considerar en relación con el germoplasma, la propagación, la plantación en la fase juvenil de crecimiento, el crecimiento maduro y la senescencia y la replantación; todo ello en relación con consideraciones técnicas de gestión y socioeconómicas.

Características de los arbustos

En términos generales, un árbol es una estructura leñosa alta con hojas o agujas. Las características que separan a un árbol de otros organismos vegetales, como un arbusto, una hierba, un musgo, plantas herbáceas, hepáticas, .. etc:

Para la mayoría de la gente, un árbol es sólo un tronco alto y marrón con hojas verdes (o incluso rojas o de distintos colores), flores e incluso frutos en distintas épocas del año. Un árbol es sólo un árbol. (¡Quieres apostar a que hasta el árbol pensaría lo mismo!)

Has oído que el arce rojo es muy bonito y tiene bonitos colores otoñales, así que vas al vivero y quieres comprar un arce rojo. Entonces descubres que hay muchos arces con hojas rojas. Para identificar el árbol adecuado, se ha dedicado un enorme esfuerzo a clasificar científicamente los árboles, siguiendo la nomenclatura binomial generalmente aceptada: un sistema formal para nombrar todas las especies de seres vivos. Por ejemplo, el nombre binomial formal del arce rojo común es Acer rubrum, y el del roble pino, Quercus palustris. La primera parte se refiere al género, seguida de la especie. En otras palabras, todos los arces verdaderos pertenecen al género Acer, y todos los robles verdaderos pertenecen al género Quercus. También hay cultivares y variedades para identificar mejor cualquier nueva especie. Y también existen los híbridos.

Guía de características de los árboles

Un árbol es una planta con una estructura alta compuesta por un tallo y unas ramas que sostienen las hojas y un sistema de raíces que ancla el tallo, además de procurar y almacenar elementos esenciales para el crecimiento, como el agua y los nutrientes. Los árboles son únicos con respecto a otras plantas porque pueden vivir, y suelen hacerlo, durante décadas e incluso varios milenios (el árbol de un solo tallo más antiguo que se conoce es un baobab de Sudáfrica cuya edad se calcula en 6.000 años). También son únicos porque crecen capas sucesivas de tejido vascular leñoso que se añade a partir del crecimiento justo debajo de la corteza para desarrollar tallos leñosos, y en la mayor parte del mundo crecen más alto que la vegetación de la superficie, con alturas que van desde varios metros hasta 115,55 metros (el árbol más alto registrado es una secuoya gigante en el norte de California).

El tallo de un árbol es único con respecto a otras formas de plantas, ya que el crecimiento de su tallo leñoso se produce a partir de una fina franja de células llamada cambium, situada justo debajo de la corteza exterior. Cada año, el cambium produce capas de nuevo crecimiento hacia el exterior y el interior. El crecimiento hacia el exterior se denomina floema y está formado por células de gran diámetro diseñadas para conducir el agua azucarada desde las hojas hacia el resto del árbol. Debido a su gran diámetro, las células del floema son estructuralmente débiles y se colapsan después de uno o dos años y son empujadas hacia fuera en capas compactadas para convertirse en la corteza exterior.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.