Importancia del ecosistema acuático

Casi todas las formas de vida que vemos hoy en la tierra o en el agua surgieron por primera vez del hábitat marino hace unos miles de millones de años. Los ecosistemas marinos son uno de los más grandes; los ecosistemas acuáticos más predominantes en la Tierra. Dos tercios de la superficie total del planeta están cubiertos por agua marina.

Los ecosistemas marinos pueden clasificarse a grandes rasgos en dos categorías principales que constituyen 5 grandes ecosistemas marinos. El medio acuático/pelágico consta de dos grandes ecosistemas marinos, las zonas nerítica y oceánica. El fondo/medio ambiente bentónico está formado por los otros tres ecosistemas principales, las zonas supralitoral, intermareal/litoral y sublitoral.

Los cinco principales ecosistemas marinos albergan casi la mitad de las especies identificadas en la Tierra. Sin embargo, las estimaciones científicas sugieren que puede haber un millón de especies más por descubrir. Entre las especies conocidas de los ecosistemas marinos, el medio pelágico y bentónico sustenta la mayor parte de la vida dentro de los océanos.

El medio acuático/pelágico cubre 1300 millones de km^3, que consisten en el océano abierto. Puede dividirse a su vez en ecosistemas en función de su profundidad. La profundidad del medio pelágico varía entre los 3,50 km (2,17 millas) y los 11 km (6,83 millas). El medio acuático se divide en dos grandes ecosistemas:

Cuáles son los 5 ecosistemas marinos

Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado al menos durante una parte del tiempo)[2].

Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.

Consumidor primario en un ecosistema acuático

Un ecosistema acuático es un ecosistema que se encuentra en una masa de agua y la rodea, a diferencia de los ecosistemas terrestres. Los ecosistemas acuáticos contienen comunidades de organismos que dependen unos de otros y de su entorno. Los dos tipos principales de ecosistemas acuáticos son los marinos y los de agua dulce[1] Los ecosistemas de agua dulce pueden ser lénticos (agua de movimiento lento, como charcas, estanques y lagos); lóticos (agua de movimiento más rápido, por ejemplo, arroyos y ríos); y humedales (zonas en las que el suelo está saturado o inundado durante al menos una parte del tiempo)[2].

Los ecosistemas marinos son los mayores ecosistemas acuáticos de la Tierra y existen en aguas con un alto contenido en sal. Estos sistemas contrastan con los ecosistemas de agua dulce, que tienen un menor contenido de sal. Las aguas marinas cubren más del 70% de la superficie de la Tierra y representan más del 97% del suministro de agua del planeta[3][4] y el 90% del espacio habitable de la Tierra[5] El agua de mar tiene una salinidad media de 35 partes por mil de agua. La salinidad real varía entre los distintos ecosistemas marinos[6]. Los ecosistemas marinos pueden dividirse en muchas zonas según la profundidad del agua y las características de la costa. La zona oceánica es la gran parte abierta del océano donde viven animales como las ballenas, los tiburones y el atún. La zona bentónica está formada por los sustratos situados bajo el agua, donde viven muchos invertebrados. La zona intermareal es el área entre las mareas altas y bajas. Otras zonas cercanas a la costa (neríticas) pueden ser las marismas, las praderas marinas, los manglares, los sistemas intermareales rocosos, las marismas, los arrecifes de coral y las lagunas. En las aguas profundas, puede haber respiraderos hidrotermales donde las bacterias quimiosintéticas del azufre forman la base de la red alimentaria.

Tipos de ecosistemas acuáticos pdf

La red alimentaria es una importante herramienta conceptual para ilustrar las relaciones de alimentación entre las especies de una comunidad, revelar las interacciones entre las especies y la estructura de la comunidad, y comprender la dinámica de la transferencia de energía en un ecosistema.

La red alimentaria es un concepto ecológico importante. Básicamente, la red alimentaria representa las relaciones de alimentación dentro de una comunidad (Smith y Smith 2009). También implica la transferencia de energía alimentaria desde su fuente en las plantas a través de los herbívoros hasta los carnívoros (Krebs 2009). Normalmente, las redes alimentarias están formadas por una serie de cadenas alimentarias entrelazadas. Cada cadena alimentaria es un diagrama descriptivo que incluye una serie de flechas, cada una de las cuales apunta de una especie a otra, representando el flujo de energía alimentaria de un grupo de organismos que se alimentan a otro.

Existen dos tipos de cadenas alimentarias: la cadena alimentaria de pastoreo, que comienza con los autótrofos, y la cadena alimentaria detrítica, que comienza con la materia orgánica muerta (Smith & Smith 2009). En una cadena alimentaria de pastoreo, la energía y los nutrientes pasan de las plantas a los herbívoros que las consumen y a los carnívoros u omnívoros que depredan a los herbívoros. En una cadena alimentaria detrítica, la materia orgánica muerta de plantas y animales es descompuesta por los descomponedores, por ejemplo, bacterias y hongos, y pasa a los detritívoros y luego a los carnívoros.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.