Animales de la Antártida

> Veranos cortos, inviernos extremadamente fríos y grandes cantidades de hielo y nieve que reducen el suministro de alimentos: el Ártico y el Antártico se encuentran entre las regiones más hostiles para la vida en la Tierra. Sin embargo, utilizando una impresionante gama de estrategias de adaptación, las plantas y los animales han logrado conquistar incluso estas zonas y han formado biocoenosis únicas en el mundo. Sin embargo, en tiempos de cambio climático su futuro se ha vuelto muy incierto.

> La diversidad de especies en las regiones polares septentrionales y meridionales está determinada principalmente por las condiciones geográficas. Mientras que en la Antártida casi toda la vida depende del océano, el Ártico también alberga una impresionante diversidad en sus zonas terrestres. La vida en ambas regiones florece sobre todo durante los cortos veranos y posteriormente desafía el hielo y el frío mediante notables estrategias de supervivencia.

> La productividad de los mares polares y su diversidad de especies rozan lo milagroso. Para una persona de fuera, las condiciones de vida en los océanos Ártico y Antártico parecen cualquier cosa menos atractivas. El agua constantemente fría inhibe el crecimiento de los organismos de sangre fría y ralentiza todos sus movimientos. El alimento sólo está disponible durante el breve verano, aunque entonces es abundante. Pero los habitantes de los mares polares -especialmente los del Antártico- han desarrollado mecanismos de adaptación únicos para compensar estas limitaciones.

Oso polar

Las plantas y los animales de la Antártida son únicos. La ubicación aislada de la Antártida hace que las plantas no hayan desarrollado protecciones naturales contra nuevas especies foráneas. Las condiciones climáticas extremas contribuyen al lento crecimiento y recuperación de la flora. El suelo de la región es especialmente sensible a la erosión y a los contaminantes, por lo que es importante proteger estos lugares y no exponerlos a los efectos de las especies foráneas.

Los animales de la Antártida no están acostumbrados a la presencia humana. Algunos pueden estresarse y el contacto con los humanos puede contribuir a que se comporten de forma anormal. También es posible que no teman a las personas y que ellas mismas busquen el contacto. Los humanos son portadores de virus y bacterias a los que los animales de la Antártida no están normalmente expuestos y acercarse a ellos o acariciarlos podría exponerlos a nuevas enfermedades. Para proteger la flora y la fauna, es importante que todos los que visiten la Antártida sigan las normas que las partes del Tratado Antártico han acordado, entre ellas:

Adaptación de los animales en la región polar

El Ártico, que abarca el vasto océano Ártico y las capas de hielo, tierras reclamadas por ocho países y pertenecientes a tres continentes, es una de las regiones más diversas del mundo.  Sus habitantes animales son un verdadero testimonio de ello. He aquí un vistazo a algunos de los animales salvajes que se pueden encontrar en una visita aquí.

El pequeño frailecillo, la más bella de las aves del Ártico, pasa dos tercios del año en el mar.  Antes de emprender el vuelo, les encanta correr torpemente por la superficie del agua. ¿Sabías que sus picos cambian de color por temporadas? Así que, si busca uno en invierno, olvídese del pico rojo brillante y busque uno de color más gris.

Las plumas de las hembras son marrones y negras por todas partes y los machos lucen un plumaje distintivo entre blanco y negro, además de tonos verdes, por lo que sabrá enseguida quién es quién. Se sumergen en el fondo del mar para recoger moluscos y crustáceos, comiéndolos enteros, y se agrupan en las guarderías cuando son atacados por los depredadores. Es una guardería de patos, por así decirlo.

Estos charranes, los mayores del Ártico, pueden vivir hasta 30 años. Los charranes árticos tienen una cabeza pequeña y redonda, un pico rojo, alas largas y angulosas y patas muy cortas. Se sumergen justo debajo de la superficie del agua para alimentarse de pequeñas especies de peces.

La flora de las regiones polares

El Ártico es la región situada al norte del Círculo Polar Ártico. Abarca el extremo norte de América del Norte, Groenlandia, el norte de Europa y Asia, y el océano Ártico. Este océano está cubierto de hielo compacto que nunca se descongela del todo. En la tierra crece una vegetación de tundra corta, donde la temperatura rara vez supera los 10°C. A pesar de las extremas condiciones de vida, algunos pueblos indígenas, como los inuit y los lapones, han establecido su hogar en el Ártico. Sólo los animales mejor adaptados al frío, como el oso polar, el zorro ártico y la foca anillada, viven en estas regiones hostiles todo el año. La morsa, la foca arpa y numerosas especies de aves emigran cuando el frío se intensifica. El Ártico y sus habitantes son sensibles al calentamiento global y a la contaminación marina y atmosférica que se acumula en la región, arrastrada por los vientos y las corrientes.

El sauce ártico (Salix arctica) es uno de los árboles más pequeños del mundo y uno de los pocos que pueden soportar el clima gélido y seco del Norte. Este árbol enano no supera los 20 cm de altura y sus ramas se abrazan al suelo. Sus raíces poco profundas se han adaptado a la fina y a menudo helada capa de suelo de la tundra. El sauce ártico sirve de alimento a varios animales, como el buey almizclero, la liebre ártica y el caribú.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.