Isla de Arrecife en la Bahía de Puerto Oeste, Victoria desde un pájaro

La sal y el agua son los principales componentes de una de las zonas más pintorescas de Andalucía. Situado al noreste de la capital, el Parque Natural Bahía de Cádiz consta de 10.522 hectáreas de marismas, lagunas, pinares, playas y lodazales. El parque pertenece a los municipios de Cádiz, Chiclana de la Frontera, Puerto Real, San Fernando y Puerto de Santa Mari.

Estos humedales son zonas de alto valor ecológico; su clima, el mar y la presencia de nutrientes favorecen la vida animal en este lugar. El parque ofrece senderos, miradores y puntos ecológicos para disfrutar de uno de los mayores enclaves naturales de las rutas del sur de Europa. El parque incluye zonas de alto valor ecológico como las Marismas de Sacti Petri o la Isla Trocadero, declaradas Parque Nacional.

La técnica de producción de sal se ha mantenido casi intacta durante siglos: el agua del mar es impulsada por la marea, pasa por un sistema de tuberías y compuertas de alimentación a una serie de estanques hasta que los vientos cálidos de Levante y la fuerte luz del sol provocan una intensa evaporación y cristalización de la sal. En la actualidad, la extracción de sal ha dado paso a otras actividades como el marisqueo en la ría, la pesca costera y la próspera acuicultura, que son los principales recursos de la zona

Lugares que ver en ( El Puerto de Santa María – España )

Está formado por un variado número de ecosistemas interrelacionados, como playas, marismas naturales prácticamente vírgenes, salinas, fangos intermareales o pinares costeros, modificados continuamente por el agua y los vientos.

Es una zona de encuentro entre el medio marino y el terrestre que, con un flujo continuo de agua bien iluminado, conforma un ecosistema extremadamente frágil, lleno de nutrientes y riqueza ecológica donde se ha establecido una gran diversidad de especies como moluscos, crustáceos, peces y aves acuáticas.

Se estima que cuenta con unas 3.000 parejas reproductoras entre las 12 especies de aves acuáticas que anidan en primavera (el Parque alberga una de las más importantes colonias de cría de charranes europeos), aunque el grueso de la avifauna está formado por aves migratorias que utilizan estos enclaves para invernar o simplemente para hacer un alto en sus rutas migratorias con África.

Además, la diversidad de los ecosistemas presentes, permite la existencia de diferentes formaciones vegetales que constituyen el hábitat de numerosas especies de aves, peces, mamíferos, anfibios, reptiles, moluscos, crustáceos y otros invertebrados que conforman la diversa y abundante y rica fauna de este espacio natural protegido.

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La noticia es que los humedales, como los manglares y otros humedales costeros, son potentes sumideros de carbono. Enormemente poderosos. Es decir, absorben enormes cantidades de dióxido de carbono del aire, ese CO2 extra que nos mantiene en vilo y enciende el cambio climático como una antorcha. Los sumideros azules de carbono lo almacenan en sus raíces y ramas y en el lodo que se acumula a su alrededor. Son tan eficientes que pueden almacenar hasta 10 veces más carbono que los bosques.

A diferencia de los bosques tropicales de «carbono verde», que almacenan el carbono en la biomasa y, por tanto, lo liberan cuando los árboles mueren, las plantas de los pantanos y los manglares almacenan la mayor parte del carbono en el suelo, y si nadie lo toca, permanece. enterrado durante miles y miles de años.

Este superpoder significa que el «carbono azul» -el secuestro y almacenamiento de carbono por parte de los ecosistemas acuáticos- ha ganado puestos en la carrera desenfrenada hacia el cero neto. Y las «tres grandes» reservas de carbono azul -los manglares, los pantanos y las praderas marinas (como las posidonias que aún sobreviven en el mar Mediterráneo)- son, de repente, zonas que hay que conservar urgentemente para mitigar el cambio climático y, cuando están en mal estado, volver a la vida.

Ecosistemas parque natural bahia de cadiz del momento

El Parque Natural de la Bahía de Cádiz se sitúa sobre un gran estuario en el que la acción del mar, el viento y los sedimentos fluviales depositados a lo largo de los siglos han dibujado un mosaico de paisajes de playas, marismas y esteros que conforman la Bahía de Cádiz.

En las últimas décadas la elevada población que se concentra en su entorno ha modificado drásticamente su aspecto original, desapareciendo para siempre gran parte de sus humedales naturales. Además son pocas las marismas que aún funcionan desde que esta acción comenzó a ser explotada por los primeros habitantes de la Bahía desde hace miles de años.

Declarado Parque Natural en 1989, sus aproximadamente 10.522 hectáreas de superficie pertenecen a los municipios de San Fernando, Chiclana de la Frontera, Puerto Real, Puerto de Santa María y Cádiz.

La influencia del mar y el clima templado mediterráneo son las claves que establecen las especiales características ecológicas de este humedal. Zona de contacto entre medios marinos y terrestres y gracias a la facilidad de flujo de agua, con buena iluminación y abundantes nutrientes, proporciona una gran variedad de especies como moluscos, crustáceos, peces y aves acuáticas.

Por Nerea Pico

Bienvenid@, soy Nerea Pico. Te invito a leer mi blog, soy una apasionada de la naturaleza.